noviembre 29, 2004

Mal empieza la semana...

[Actualización Más sobre el tema en enlaces cortesía de los participantes de la lista Charlatanes: notas en El Mundo (La alcaldesa de Bélmez niega que exista una 'trama fraudulenta' en torno al fenómeno de las caras), en Tirol Online, en alemán, gracias a Señor Cara de Poker por el enlace (Mysteriöse "Gesichter von Belmez" angeblich Betrugsmanöver), en ABC (La alcaldesa de Bélmez niega un fraude «con los rostros» para atraer turismo) en Canal Sur noticias (Los científicos, indignados por el fraude de las nuevas caras de Bélmez), en La Nueva España (Las nuevas caras de Bélmez están hechas con agua y aceite) y hay más.]

Mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes, solía decir mi abuela Sofía, que no sé si ya he dicho que es la mujer más sabia que he conocido.

La sentencia, olorosa al armario donde mi abuela guardaba las fotografías familiares, viene al caso por los nuevos artículos de Javier Cavanilles en El Mundo hoy lunes 29 de noviembre respecto de Pedro Amorós Sogorb, de la SEIP, de la alcaldesa de Bélmez de la Moraleda y del vergonzoso tango de las caras duras de Bélmez, con "Centro de interpretación de las caras" incluido (y uno se pregunta, por cierto ¿quién va a encabezar la institución de interpretación de las caras de la alcaldesa de Bélmez? ¿No será por casualidad Pedro Amorós Sogorb?).

Sigue el reportaje de Cavanilles y nuevo artículo de Reverte


Hoy se publican en Internet otras dos partes del reportaje de Javier Cavanilles: Varios colaboradores rompen con Pedro Amorós y avalan la tesis de fraude en las 'caras de Bélmez' e Historia de un embuste. Existe además un tercer artículo que no está en Internet, pero sí publicado en El Mundo, ediciones de Alicante, Andalucía y alguna más, con la consabida amenaza de la alcaldesa de que no he leído el artículo, pero si dice la mitad de lo que me han contado la próxima vez que hablemos será en un juzgado.

En estos informes, el periodista revela que el desaseo respecto de las nuevas caras (que ahora no "aparecieron" paranormalmente, sino que "se les hizo surgir" mediante la intervención directa, fregona en mano, de Pedro Amorós Sogorb) ha sido tal que varios miembros y delegaciones del SEIP cuyo interés en lo paranormal no es como para obnubilar su buen sentido y su decencia, han desertado de la organización. El SEIP, a su vez, los sigue enumerando en su Web, al menos hasta hoy 29 de noviembre, como miembros activos.

Además, un periodista de la calidad de Javier Reverte escribe en ABC el artículo Las dos caras de un timo a raíz de las revelaciones de Cavanilles de ayer, donde establece claramente lo que los comerciantes del ocultismo desean negar: Lo de Bélmez se sabía ya de antiguo y el nuevo intento de estafa es, por lo que se dice, todavía más burdo que el anterior.

Pero antes de seguir celebrando que en los medios de comunicación masiva españoles se consiga colar por una vez algo de pensamiento crítico en momentos en que todas las formas de ocultismo están siendo promovidas sin medida y con casi total impunidad en la radio, la televisión y la prensa, quiero dedicar un pensamiento a la gente de Bélmez de la Moraleda.

El turismo en Bélmez: que no cunda el pánico


Si se cayera del todo el teatrito de las caras duras del mentiroso Amorós Sogorb y la alcaldesa María Rodríguez, quien más tiene que perder es la gente de Bélmez, las dos mil personas que no han podido encontrar líderes políticos visionarios, imaginativos y decididos que ayuden a crear las condiciones necesarias para establecer una economía sana en el ayuntamiento. Son muchos los informes que hablan de una fuerte depresión económica en el pueblo, para la que ha sido un paliativo el goteo de visitantes a la casa original de María Gómez Cámara y, ahora, el súbito chorro de visitantes a la nueva casa "paranormal por decreto".

Obviamente, nadie le desea mal a los habitantes del pueblo, que bastante tienen que sufrir con líderes políticos tan desprovistos de horizontes como para convertir un "Centro de interpretación" de unas supuestas caras de origen supuestamente paranormal en asunto de un programa electoral en unas elecciones serias. Vaya, sería de risa si no fuera tan patético.

(¿Sabrán de esta situación el PSOE de Andalucía y la Junta de Andalucía? Lo pregunto porque el socialismo, en general, tiene como una de sus características positivas el favorecer el pensamiento crítico antes que la superstición, y aquí hay al parecer una excepción notable.)

Desde aquí, pues, ante todo, un mensaje tranquilizador a los habitantes de Bélmez de la Moraleda: no van a dejar de llegar los visitantes, de eso se encargará la tribu paranormalera. Se hará el "Centro de interpretación" y se consolidará la industria turística ocultista. No se preocupen, ni mucho menos crean que quienes criticamos la colosal desfachatez de los mendaces "investigadores paranormales" (en cuyas "investigaciones" el hilo negro está por descubrirse aún) y los desfiguros de sus líderes deseamos la ruina de su población. Yo, por lo menos, quisiera de todo corazón que en Bélmez de la Moraleda tuvieran empleos suficientes y perspectivas de futuro lo bastante amplias como para que no dependieran de una chapuza tan basta. Y, si de querer se trata, querría que en sus escuelas se les enseñara que, al menos hasta hoy, no existe ninguna prueba medianamente aceptable de que en su población ocurra ningún fenómeno "paranormal", y querría que hubiere líderes políticos ocupados de cosas más provechosas que reunirse con un grupo como la SEIP para organizar centros de promoción del pensamiento mágico.

Como están las cosas, las críticas de quienes sienten indignación ante la manipulación mediática por parte de los vendedores de maravillas fantasiosas difícilmente tendrán mucho eco en la sociedad. La superstición sigue campeando, promovida por quienes viven de ella, ganando (poco o mucho, pero ganando, que todos venden algo) y copando los medios. Habrá más "investigadores" parapsicológicos seiperos y no que organicen tours para ir a Bélmez, habrá visitantes, derrama en los bares y restaurantes, una pujante industria de souvenirs y demás formas de comercio que le dejen algo del necesario dinero a Bélmez.

De hecho, yo me atrevería a sugerir que ofrecieran productos en venta para los crédulos como para los incrédulos. Por ejemplo, con el diseño que Pedro Gimeno realizó con base en su maravilloso descubrimiento de los gatos de Bélmez narrado de manera excelente en el blog de Lola Cárdenas. Al diseño en grande se puede acceder desde el blog Bajo el volcán. Es así:


No negarán que es bonito y lucidor. De hecho, Pedro Gimeno ha decidido permitir que su diseño se distribuya libremente bajo la licencia "Copyleft", de modo que desde ya la gente de Bélmez puede copiarlo para hacer camisetas, tazas, bolígrafos, llaveros, pegatinas, navajas, vasos de chupito, gorros, colgantes, pines, muñecas, mecheros o encendedores, calendarios y otros bonitos y rentables materiales de merchandising.

Resuelto eso, espero sinceramente que en un futuro no muy lejano elijan a un líder con ideas alejadas de las supersticiones más bastas y mejores proyectos de desarrollo económico, social y cultural.

Radio misteriológica dominguera


Lo que no tuvo desperdicio fue la nochecita de domingo que nos ofrecieron los ocultistas hertzianos. Ya sabe usted que para ser un "investigador serio" es necesario colaborar en las revistas de rigor, ser amiguito de todo el paranormalerío, escribir un libro con alguna teoría descabellada o refriteando "casos" viejos y, sobre todo, tener un programa de radio nocturna (vaya usted a saber qué carajos tienen que ver esas actividades con ser "investigador", pero tales son las reglas del juego en la España de hoy, donde campea el famoseo y el tráfico de nombres hasta en el ocultismo).

En "La rosa de los vientos" de Cebrián y en "Milenio 3" de Íker Jiménez el blanco fueron los artículos de Cavanilles. En ambos intervino el periodista.

En "La rosa de los vientos", Cavanilles hubo de comunicarse él mismo por alusiones (y alusiones francamente desagradables) ya que el programa no se interesó en buscarlo, enfrentándose a la actitud lamentable de los "tertulianos" que se pitorreaban de él a carcajadas sin dejarlo hablar, interrumpiéndolo sin cesar para tratar de convertir al periodista que denuncia un hecho en "acusado" de algo, todo sea con tal de cuidar el ganado. Los patos tirándole a las escopetas.

En "Milenio 3" asistimos a algo mucho más asombroso: Íker Jiménez poniendo distancia respecto de las caras, al menos las nuevas y fingiendo un poco de imparcialidad. Me explico: es muy difícil leer todas las llamadas o mensajes SMS que se hacen a una emisión. Yo, siempre en favor de la transparencia, me las arreglaba para leer todas las llamadas que llegaban a mi programa "Muy interesante", (así llamado por convenio con la editorial de la revista en México), pero porque tenía dos horas diarias de programa. Entiendo que muchos programas deben usar criterios específicos para filtrar las llamadas. Allí se puede manipular o no, y francamente después de escuchar la emisión de anoche y los mensajes SMS elegidos para su difusión en voz de Carmen Porter, me quedo con la sospecha de que la decisión final de Íker Jiménez será reconfirmar que las caras de 1971 sobre las que escribió el consabido libro son "verdaderamente paranormales" (sin prueba alguna), mientras que aceptará que las caras de 2004 "no son paranormales" (también sin pruebas).

Con intervenciones grabadas de Cavanilles, la alcaldesa Rodríguez y Amorós, Íker JIménez casi logró fingir convincentemente algún nivel de objetividad periodística, cosa que se encargó de ensalzar hablando de "democracia" en su programa. Sería creíble de no ser porque mantiene una lista de correos con censura feroz, abierta y altanera a cargo de su adlátere Carmen Porter. Pero casi coló.

Cavanilles, investigando aquí y allá, preguntando y llegando a conclusiones, ha conseguido alborotar todo el avispero ocultista, que responde con las consabidas amenazas de querellas judiciales (era fantástico escuchar a Íker Jiménez insistir para conseguir que la alcaldesa y Amorós respondieran que sí, que iban a ir a los tribunales a acusar a Cavanilles de terribles delitos).

La furia contra los herejes


Escribía yo anoche en un mensaje al grupo de correos sin censura Charlatanes que es más que evidente que cualquier crítica les escuece excesivamente a los paranormaleros, vaya, de una manera absolutamente... ¿paranormal? Están tan cómodos con su monopolio de los medios de comunicación, se sienten con tanto derecho a hablar sin ser sometidos a análisis, están tan habituados a esa tersa homogeneidad que conmueve al verdadero dictador, que cualquier cosa que se salga de su guión es recibida como una ofensa personal y una herejía digna de tortura, excomunión, sambenito y hoguera.

No hay ningún otro aspecto de la vida social española actual tan exento de pluralidad, diversidad y libre debate. ¿No es curiosísimo? No sé, pienso en los deportes, pienso en la política, pienso en el mundo de lo judicial, pienso en el mundo de la música o la pintura... en todo encontramos en los medios voces a favor y en contra, sólo en el mundo paranormal se hace realidad ese sueño neoconservador del "pensamiento único".

Todos se agarran como a un clavo ardiendo a los "análisis" del CSIC (de pronto le dan credibilidad a la ciencia, qué raro), negándose a admitir que no son válidos los análisis de unas muestras levantadas sin ningún control científico serio. En pocas palabras, nadie sabe si las muestras de cemento analizadas por el CSIC provenían de áreas con caras, sin caras, de la casa de las caras o de la casa de Hansel y Gretel. O sea, los tan traído sy llevados análisis no prueban nada respecto a las caras.

Finalmente, tanto los cebrianistas como los jimenezeros sugirieron que el "ataque a las caras" es producto de un "complot" y recordaron la supuesta "Operación Tridente" franquista para supuestamente acallar el asunto de las caras de Bélmez en 1971.

Conspiranoia y víctimas virginales


Visto el éxito obtenido con la conspiración del silencio por parte del dictador Franco, ese otro apasionado del pensamiento único, ese otro iluminado creyente en el ocultismo, el complot organizado por su gobierno en el ocaso fue una chapuza colosal que no veo por qué alguien querría repetir. Basta ver cómo éstos siguen ordeñando la misma vaquita 33 años después. ¿Será mejor el complot en el que supuestamente está implicado Cavanilles, los autores de blogs, ARP-SAPC (organización a la que le dieron algún palo en el programa de Cebrián sin venir al caso, por pura obsesión que padecen) y todos, absolutamente todos los que se niegan a rendirse a los apestosos pies de estos vendecuentos? ¿Qué será lo que une a todos esos malvados (además de la indignación ante la mentira organizada y ambiciosa, que pienso que es la motivación de los demás y sé que es la mía)? ¿Quién se supone que paga la conspiración y dónde se supone que debemos pasar por nuestra parte quienes vivimos de un trabajo honrado y sin engañar a nadie? ¿A quién en posición de poder y dinero le interesan los devaneos lamentables de unos comerciantes del ocultismo además de interesarnos a quienes divulgamos el pensamiento crítico por vocación?

Claro, viste mucho inventarse conspiraciones. Stalin sabía de conspiraciones. Hitler también. Franco vivió de ese cuento casi 40 años. Estos ganapanes también lo saben. Tienen como ventaja que sus crédulos clientes están bien sensibilizados para creer cualquier teoría conspiranoica, y que el gritar "el lobo, el lobo" pone a los que se llenan los bolsillos en plan de heroicas víctimas, de Caperucitas Rojas del ocultismo, y de pasadita les sirve para rehuir las discusiones que tienen que ver con el engaño del público por medio de un monopolio mediático ejercido por un puñado de especímenes de la misma tribu, todos amigos, todos repartiéndose el gran pastel del negocio ocultista.

Como decía Sor Juana Inés de la Cruz:

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.


Las preguntas detrás de este tinglado son serias y merecen una respuesta más amplia y abierta que las teorías conspiranoicas de siempre que desenvainan, faltos de imaginación, los mercachifles del ocultismo. ¿Por qué se debe creer a un tipo como Amorós Sogorb, que en su currículum ha mentido más que Luis Roldán? ¿Cómo se sabe que las caras son "paranormales"? ¿Qué criterio de verdad usan para sus supuestas "investigaciones"? ¿A cuánto asciende el negocio del ocultismo en España? ¿Por qué le temen a las investigaciones hechas por comités independientes?

(Amorós, ahora, presume de que "un científico" está haciendo estudios "químicos" de las nuevas caras duras. ¿El "científico"? José Manuel García Bautista. ¿Quién es? Un paranormalólogo que no es sospechoso de saber de química, dado que es diplomado en electrónica industrial y telecomunicaciones, autor de un libro que casualmente está por publicarse en la colección "Archivo del misterio de Íker Jiménez" y que también ha simulado ser, como lo relatamos aquí, experto instantáneo en fotografía digital. Un técnico eléctrico que hace análisis químicos y fotográficos, que escribe un libro que va a publicar Jiménez, declarado amigo de Amorós, presidente vitalicio de la SEIP, organización en cuya página colabora el propio técnico y está misteriosamente a cargo de "investigar" si Amorós descubrió realmente "caras paranormales" no parece, sin duda, el investigador más confiable y objetivo que pueda encontrarse. (Dicho de otro modo, ya nos imaginamos lo que va a "dictaminar".)

A los temas serios no entran los ocultistas. Después de todo, hay que cuidar el negocio y el negocio es gordo. ¿Cuánto paga una red nacional por una hora de programa a sus colaboradores? ¿Más cuánto por los articulillos en revistas? ¿Más cuánto por los libros propios y por dirigir "colecciones" vendiendo la franquicia de marca de un nombre relacionado en la mente de las víctimas como parte del famoseo del ocultismo? ¿Más cuánto por conferencias? ¿Más cuánto por ir a programas de radio y TV, y otras presentaciones personales? ¿Más qué beneficios de viajes gratis a congresos, convenciones y aquelarres varios? Usted imagínese la suma, y verá que es lo bastante grande como para justificar el terror en el que se ha sumido la industria del ocultismo por el trabajo de un periodista disidente con las "verdades reveladas" que quieren que la gente siga tragando sin pestañear.