mayo 26, 2004

Un embustero se despide

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Santi Molezún se dirige de nuevo a nosotros (es decir, a mí y a quienes visitan este depósito del conocimiento y pensamiento que son producto del esfuerzo de tantas personas en contra de todo tipo de charlatanes y farsantes), pero no para decir "Estoy dispuesto a demostrar en un laboratorio que soy capaz de predecir el futuro, de hacer trabajos de brujería y a comunicarme con todos los espíritus de todos los muertos que ha habido en la historia humana para demostrar que no tienes argumentos en tus embates contra mi magnificente esoteriquez".

Lástima.

Tampoco nos escribe para decir: "Aquí tengo las pruebas científicas de mi mediumnidad y adivinación, por no decir los estudios controlados de brujería que he hecho en la Universidad de Bla y Blablá a cargo de los doctores Uno, Dos y Tres, publicadas en el Journal of Loquesea y que demuestran que digo la verdad cuando vendo mis servicios paranormales".

De eso, ni un suspiro.

Y menos nos escribe para repetir lindezas como "imbéciles", "estúpidos", "tonto del culo", "escribió mierda" y las gallonas altisonancias con las que se lanzó a ver si nos asombraba y asustaba y de las que reculó a Mach 3.

(Sí, éstos son, entre otras cosas, profesionales del miedo. Las "velas negras" de la bruja Lola o cualquier otro conjuro mamón, maldición, "trabajito", invocación o mariguanada similar siguen asustando, por desgracia es cierto, a muchas personas a las que se les escamotea el conocimiento y la enseñanza del pensamiento libre, crítico y ordenado. Y de eso también se agarran estos personajes, acostumbrados a desenvolverse entre una corte de víctimas a modo que los admiran, les temen, les pagan y los obedecen. Más allá de la chacota a la que se prestan los espantapájaros de la paranormalidad, hay que recordar que también suelen ser desvergonzados que usan el miedo ajeno para sus fines. No sabía, claro, que yo he sobrevivido ni más ni menos que a la doble maldición karmática de "La Bruja Paca", tremebunda guía espiritual de dos pilastres como son el expresidente de México Carlos Salinas y su hermanito Raúl; tanto la Paca como Raúl calientan actualmente sendos catres en prisión por asuntos relacionados con un asesinato [todo esto es rigurosamente cierto]. Si sobreviví sin despeinarme a esa maldición de la Paca, lanzada contra todos los periodistas que nos mofábamos de sus "poderes", soy inmune a cualquier émulo de Madam Mim.)

El maguete sí que nos escribe para reclamar que no copiamos todo su correo largo y aburrido de autopromoción en el que defiende sus chanchullos con argumentos tan tontos como que le ha diseñado ropa a la Infanta Elena, como si eso fuera garantía de poder ver el futuro o cosa parecida. Francamente, por cuanto a nosotros respecta, podría diseñar cualquier cantidad de trapos, por feos que fueran, y nos daría igual. El tema son sus cuentos para anormales, aquí no hacemos crítica de moda.

Y nos pide que lo dejemos en paz.

A ver, monín, inocente, échate agua en la carita y despierta: el que se metió en este berenjenal fuiste tú, el que escribió un correo propio de una víctima del síndrome de Touret eres tú, el que me acusó de homófobo fuiste tú.

En las memorables palabras de Shakespeare: Too late.

Eso sí, Santiaguito nos dice que su correo es privado, y que no podemos reproducirlo (bueno, igual en su sitio dice que sus lisérgicos rolletes son "propiedad intelectual", cosa que francamente nos parece que es estirar irresponsablemente la definición de "intelectual").

(Él me mandó el correo a mí, y puedo hacer con él lo que me salga del forro de los dídimos, según mi abogada, pero no lo publico de momento para que vea que con sus palabras o sin ellas lo podemos revolcar con la misma facilidad.)

Dejemos, pues, que sea el brujildo quien ponga en claro las cosas sin ayuda mía. Le voy a hacer publicidad gratuita una última vez, como excepción (esperando que no se acostumbre): en su sitio de comercio de barbajanadas esotéricas, en la parte dedicada a honorarios vean la foto que ilustra sus exorbitantes pretensiones económicas. Santi Molezún mira al visitante apuntándole con una pistola automática que sostiene a dos manos, en lo que se conoce como posición de combate, con el índice de la derecha no en el guardamonte (que es la posición de seguridad), sino sobre el gatillo, listo para disparar. (A ver si no cambia corriendo la ilustración de la página y todavía la pueden disfrutar nuestros "inexistentes" lectores.)

En nuestra experiencia una actitud así de expresiva, armada y amenazante suele ir acompañada del grito: "Esto es un asalto". ¿O no?

Pues eso.

Molezún contestó

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Interesante pero tramposa la respuesta que nos regala Santi Molezún, porque se dedica a darnos su currículum para hacerse publicidad gratuita en este blog, cosa que ciertamente no vamos a admitir, porque nomás faltaba que caigamos en el juego de estos farsantes. Se dedica a decir que trabaja mucho y que ni duerme ni come ni folla por estar atento a los dineros de sus clientes. Nunca dudamos de tal entrega, por supuesto. Dice que todo lo que cobra lo declara a Hacienda. No tenemos modo de saberlo.

Así que paso a comentar lo que de comentable tiene el rollo que nos recetó este tipejo, y si él quiere poner en su sitio todo el autobombo que se da, allá podrán leerlo (en ese sitio donde afirma ofrecer adivinaciones que no funcionan, brujería chapucera, mediumnidad que no comunica con ningún espíritu y misticismos huecos previo pago).

Lo que va en cursivas y con pésima redacción, sin acentos y mal escrito, es lo que afirma el "adivino"; lo que va en negritas es nuestro modesto comentario:

Acusa a nuestra abogada de: "amenazar con posibles litigios con un e-mail ramplón y vació en contenido".

Si el brujoide en cuestión supiera leer, descubriría que tal amenaza no existe mas que en su vacío cráneo, como lo puede ver cualquiera que lea la carta de la abogada, misma que publicamos aquí esta tarde. O sea, para empezar, cero en lectura de comprensión y a regresar a la escuelita.

...esta faltando a miles de personas que creen en mi trabajo( lo peor a mi parecer ),gente muy respetable que acude a mis consultas (algunas de ellas con varias carreras y buenas profesiones)y que creen que su dinero no ha sido malgastado,y que mucho menos piensan que han sido "desplumadas"como el presume saber que hago...(... será que el que es un mal vidente es él?...).Esta gente se merece un respeto,y yo señora (o lo que usted sea)también,porque para empezar... me lo he ganado con los años...

Que las personas a las que ha embaucado no se hayan dado cuenta no significa nada más que la ignorancia campea en nuestro mundo, pues sin ello estos tipos tendrían que trabajar. Este payaso y los de su calaña no pueden y nunca han podido demostrar que sus adivinaciones se basen en ningún hecho real ni que sus trabajos brujeriles tengan efectos reales y demostrables, ni mucho menos que se comuniquen con espíritus de ningún tipo. Si no pueden ofrecer pruebas (pruebas científicas, se entiende, no rollos mareadores) de que sus afirmaciones son algo más que embustes, no son sino desplumadores de incautos, incautos felices, si quieren, pero igualmente desplumados. Esas personas, sus víctimas, merecen el verdaero respeto de hablarles con la verdad, cosa que no le hace ninguna gracia a la gente que vive de chuparles la sangre, esas personas necesitan el respeto de que se señale que mamarrachos así dicen mentiras, cosa que se puede demostrar cuando quieran meterse a un laboratorio (nunca quieren). Y claramente quedó demostrado en su fracasadísimo programa que no son capaces de nada más "esotérico" que agarrarse en pleitos verduleros.

Respecto a su insidioso comentario sobre lo que es o no mi abogada, ella le responderá.


Dice que la nuestra es: critica fácil motivada por un EGO dolorido,que intenta tener su momento de gloria...hablando mal de los demás para ascender en opinión publica, dándole a las masas la manipulación de una noticia en virtud de un aplauso fácil de un montón de reprimidos religiosos de una religión castrante y poco respetuosa con TODO lo que no tenga nada que ver con ella...que condena la homosexualidad,la brujería, la adivinación y TODO lo que le puede quitar adeptos

Hay que ser gilipollas para pensar que acá defendemos a alguna religión. Pero, sobre todo, hay que ser muy miserable para asegurar que condenamos la homosexualidad. Es una de las mentiras que arrojan estas alimañas para hacerse las víctimas. La gran mayoría de los homosexuales de este mundo no son embaucadores esotéricos, no fingen poderes, no engañan ni mienten, son gente trabajadora, útil a su sociedad, y que no necesitan hacer desfiguros lamentables en los medios. A ellos los violentan estos adefesios, no nosotros, que respetamos y defendemos toda opción sexual contra todas las supersticiones, pero no aceptamos las patéticas mentiras que escupen estos personajes, sea cual sea su opción sexual, que son ellos los que hacen negocio con ella, con tonterías como el "Tarot Gay" y el "Tarot Lésbico", hágame usted el favor.

Respecto a mi ego, como telépata el ignorantazo éste no sirve ni para saber en qué piensa él mismo. Mi ego goza de buena salud, de los premios que he querido tener, de los libros que he querido publicar, de hacer lo que me ha dado la gana y de tener éxito en los diversos oficios que me ha dado la gana ejercer, viviendo honradamente donde me ha dado la gana vivir. Sólo que, entre otras cosas, me da la gana divulgar los hechos ante la mentira y hacerles más difícil a los charlatanes el seguir embaucando a la gente con cuentos. Se trata de una cuestión de principios, palabra que estos lenguaraces deberían buscar en el diccionario, no de ego, que yo no me pintarrajeo la cara para salir haciendo el ridículo en televisión.


Y paso a informarle de lo que significa exactamente: "Procura que no te conozca nunca"

Significa que deseo, yo Santi Molezún, no conocerle nunca, no verle nunca delante,no tener que sufrir la asquerosa experiencia de encontrarme con usted, no vaya a ser que usted me pegue o me maltrate... con algo más que con su lengua viperina llena de guacamole y coronitas."


Ah, claro, a Santi le jode que yo haya nacido en México, grave pecado. Por allí tenía que ir en su impotencia. Soy mexicano, a mucha honra, y también soy español y también a mucha honra, y no veo que eso se pueda convertir en un argumento contra mí como no sea desde la posición más ruin. Nunca he agredido físicamente a nadie, porque mi lucha es de ideas, pese a las insidias, pero sí han sido los charlatanazos de baja estofa los que en su momento me han amenazado, en más de una ocasión, aunque sé bien que sus amenazas no tienen sustancia ni esperanza de concretarse, porque quien se refugia en el engaño para medrar es, primero que nada, un cobarde. Nuestro esfuerzo es el de las ideas contra la superstición, del conocimiento contra la creencia, de los hechos contra las fantasías perniciosas, de la realidad contra el engaño interesado. Y con eso sí, Santi, te jodes. Y claro que no explicas por qué aviesamente habías dicho que yo tenía que procurar que tú no me conocieras. Pero veo con satisfacción que obviamente has dado marcha atrás. Que era de lo que se trataba.

P.D.: Por cierto Álbum oscuro es un libro de poesía malísimo.No me ha gustado nada....

(Paréntesis mientras nos gana la risa un rato...) A ver, chiquillo, ¿de dónde sacaste tú una copia de la plaqueta Álbum oscuro, publicada en 1986 en la ciudad de Querétaro, México, en 200 pobres ejemplares que era para lo que daba nuestra editorial de muchos empeños y pocos dineros, "Cuadernos clandestinos de la rata" y que sólo se distribuyó entre gente conocida del mundo literario en México? Si me dijeras que conseguiste alguno de mis cinco libros en Editorial Planeta México o la novela que me tradujeron al francés en Bélgica, quizá te creería, pero de ése libro no. Mientes. Engañas. Falseas. Alteras. Embaucas. Engatusas. O sea, en tu línea.

Esto es lo central de la respuesta del friki éste. Sólo nos queda decirle una cosa:

Chavalote, ya tienes 33 o 34 años, ¿no podrías al menos dejar de lado la trola de que eres "el brujo más joven de España"? No jodas, tío.

No más publicidad gratuita para este espantajo.

mayo 25, 2004

Atenta carta para el farsantazo Molezún

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Mi abogada me envía el mensaje que ya debe tener en su buzoncito de correo Santi Molezún, con objeto de aclarar el misterio de si deveras me mandó besos y sugerencias dolosas ese pajarraco:

Estimado Sr. Molezun:

En el día de hoy mi representado, el Sr. Mauricio-José Schwarz, ha recibido el mensaje que transcribo a continuación:

"IMBÉCILES,NO DOY CRÉDITO A TANTA SUBNORMALIDAD,QUE PENA QUE HAYA GENTE TAN SUMAMENTE ESTÚPIDA COMO EL TONTO DEL CULO QUE ESCRIBIÓ TANTA MIERDA. QUE PENA QUE PIERDAS EL TIEMPO QUE SE TE VA...EN UNOS TEXTOS TAN ASQUEROSAMENTE ENVIDIOSOS,CUTRES,SIN FUNDAMENTO,Y SIN RAZÓN. PROCURA QUE NO TE CONOZCA NUNCA,Y POR FAVOR ...CÁLLATE CON TUS CHORRADAS. Muchos besos! y encantado
de conoceros! Santi Molezún http://www.santimolezun.com Telf.: 902 877 260 Fax: 902 877 200"


Me pongo en contacto con usted sólo para aclarar si el e-mail proviene realmente de usted, y, en el caso de que así sea, pedirle que por favor nos aclare qué quiso decir con "procura que no te conozca nunca".

Y, presumiendo que el mensaje viene de usted, le recuerdo que mi cliente está en su perfecto derecho de expresar libremente sus opiniones, puesto que en este país la libertad de expresión está garantizada en los siguientes términos en la Constitución Española, artículo 20: "Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción."

Atentamente,
Marta E. Menéndez
Abogada
memenendez@telecable.es


¿Responderá Santi Molezún? ¿Se esconderá con diarrea adentro de su caja de cartas de tarot del sexo? (No, no pienso hacer chistes fáciles con esta imagen, aunque veo que tiene posibilidades inmensas, de modo que lo dejamos como chiste de bricolaje: hágalo usted mismo.) ¿Le pedirá asesoría a su tigre de peluche? Seguiremos informando.

Saludos desde el fondo de la letrina

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Hemos recibido un místico, esotérico y prodigioso correo electrónico que no podemos sino compartir con nuestros lectores.

El que envía el correo afirma ser "Santi Molezún", esa especie de modisto enrimmelado que avergüenza a los homosexuales decentes embaucando ingenuos con la sublime mamarrachada del "Tarot del sexo".

Por supuesto no podemos asegurar que no sea uno de los enemigos de Santi Molezún el que haya hackeado su cuenta de correo y su propio dominio (santimolezun.com) para escribirnos insultándonos y amenazándonos, así que en modo alguno acusamos al estrafalario cantamañanas Santiago Molezún de ser el autor de tan bonito mensaje, simplemente lo compartimos así, como somos nosotros, generosos y munificentes hasta con quienes hacen buches gorgoreando en las profundidades de su letrina mental.

El correo en cuestión dice así (pueden saltarse los encabezados, que dejo aquí para que los revisen los que saben):

X-Persona: Netcom
Return-Path: santimolezun@santimolezun.com
Delivered-To: mschwarz@netcom.atodavela.com
Received: (qmail 13828 invoked from network); 25 May 2004 14:11:42 -0000
Received: from unknown (HELO hl05.dinaserver.com) (82.98.129.50)
by mail.netcom.atodavela.com with SMTP; 25 May 2004 14:11:42 -0000
Received: from tendagro9et1t2 (11.Red-81-36-114.pooles.rima-tde.net [81.36.114.11])
(authenticated bits=0)
by hl05.dinaserver.com (DinaMail/1.3) with ESMTP id i4PEBOr7025375
for mschwarz@netcom.es; Tue, 25 May 2004 16:11:27 +0200
Message-ID: 001301c44262$20ba8760$a564fea9@tendagro9et1t2
From: Santi Molezún santimolezun@santimolezun.com
To: mschwarz@netcom.es
Subject: Vaya mierda!
Date: Tue, 25 May 2004 16:11:00 +0200
MIME-Version: 1.0
Content-Type: multipart/alternative;
boundary="----=_NextPart_000_0010_01C44272.DEFF8850"
X-Priority: 3
X-MSMail-Priority: Normal
X-Mailer: Microsoft Outlook Express 6.00.2800.1409
Disposition-Notification-To: Santi Molezún
X-MimeOLE: Produced By Microsoft MimeOLE V6.00.2800.1409
X-DinaScanner-Information: DinaScanner.. Filtro anti-Spam * anti-Virus
X-DinaScanner: Libre de Virus
X-DinaScanner-SpamCheck: no es spam
X-DinaScanner-SpamScore: ss

IMBÉCILES,NO DOY CRÉDITO A TANTA SUBNORMALIDAD,QUE PENA QUE HAYA GENTE TAN SUMAMENTE ESTÚPIDA COMO EL TONTO DEL CULO QUE ESCRIBIÓ TANTA MIERDA. QUE PENA QUE PIERDAS EL TIEMPO QUE SE TE VA...EN UNOS TEXTOS TAN ASQUEROSAMENTE ENVIDIOSOS,CUTRES,SIN FUNDAMENTO,Y SIN RAZÓN. PROCURA QUE NO TE CONOZCA NUNCA,Y POR FAVOR ...CÁLLATE CON TUS CHORRADAS. Muchos besos! y encantado de conoceros! Santi Molezún http://www.santimolezun.com Telf.: 902 877 260 Fax: 902 877 200


Pues no te aceptamos los besos, ni que se te olvide quitar tu firma predeterminada cuando mandas un correo amenazante e insultante. Como que el "Encantado de conoceros" queda hipocritón y falso.

Así son, en todo caso, las mentes prodigiosas que simulan misticismos microcefálicos para vivir sin trabajar. Ése es el elevado nivel de su discurso, así es su iluminación, y de ese tamaño es su superioridad, que no tienen un solo argumento y sólo tartajean obscenidades desde la impotencia.

Por cierto, en caso de que el correo provenga realmente de Santi Molezún, y ante la amenaza de la que nos hace objeto el autor, hoy se pone en contacto con él mi abogada. En una de esas nos conocemos antes de lo que él esperaría.

Los mantendremos informados, cómo no, claro que sí.

Brujetes a mí...

mayo 23, 2004

Homeopatía a petición popular

Samuel Hahnemann, creador de la homeopatía
(imagen D.P. vía Wikimedia Commons)
El servicio de conteo de visitas a este blog full-contact nos informa, entre otras cosas, de las palabras de búsqueda en Google o Yahoo mediante las cuales los visitantes caen en las redes de nuestro influjo. En las últimas semanas resulta que muchos llegan acá buscando datos sobre la homeopatía, patraña que hemos mencionado, pero sin profundizar en ella.

En atención a esta anónima petición popular, responderemos ahora preguntas tan apasionantes como: ¿por qué los homeópatas van al médico?, ¿qué carajos es eso del efecto placebo?, ¿por qué no hacen investigación científica los homeopatitas?, ¿cuál es la historia de este simpático embuste? y cosillas similares.

Vamos, pues, de vuelta a fines del siglo XVIII, cuando no existía la medicina con bases científicas, cuando las chusmas morían como moscas en epidemias de peste (cólera, vómito negro y cosas así), cuando los médicos eran todavía practicantes más bien mágicos y cuando conceptos como la higiene simplemente no existían. La anatomía estaba en muchos aspectos donde la dejó Leonardo Da Vinci y, realmente, salvo algunos aspectos de la cirugía surgidos de la práctica en el campo de batalla y algunos conocimientos de herbolaria, poco podía hacer la medicina para resolver problemas de salud, sin contar con que se realizaban prácticas salvajes como el desangrado (en la creencia de que el "exceso de sangre" era causante de algunos males), ocasionándole graves daños a los enfermos. La sangre era considerada uno de los cuatro humores que movían al cuerpo.

Toda forma de medicina se basa, evidentemente, en una "teoría de la enfermedad". Dicho de otro modo, según la idea de lo que causa la enfermedad viene la forma de curarla. La teoría de la enfermedad todavía era, en el siglo XVIII, la de los humores.

¿De mal humor y de buen humor?

La forma cotidiana de hablar del buen y mal humor tiene sus orígenes en la teoría de la enfermedad de Praxágoras popularizada por Hipócrates, que si bien fue un innovador en el siglo V antes de nuestra era, disponía de muy pocos datos reales sobre el funcionamiento del cuerpo humano.

Nos dice el sitio Universo E

Esta teoría bioquímica clásica considera que el cuerpo, como la personalidad, están regidos por dos fuerzas principales, una es el calor y la otra es el frío. Éstas actúan entre sí moderándose mutuamente, manteniendo un equilibro dentro del cual el cuerpo se encuentra saludable y sin padecimiento alguno, pero una vez que se aísla una de estas fuerzas es cuando se presenta el dolor, cuando una de estas fuerzas se encuentra pura, por ejemplo, cuando sobreviene la fiebre. Pero incluso en esos momentos cuando aparece la fiebre, se presenta el frío para lograr un balance, ya que el enfermo siente escalofríos y la fiebre dura tan solo un corto período hasta que se alcanza el equilibrio.

Dentro de esta teoría también se considera que, aunque las fuerzas principales son el frío y el calor, nunca se presentan solas, dependiendo del caso específico, pero siempre están mezcladas con lo seco y lo húmedo, lo cual conforma los cuatro humores del cuerpo: sanguíneo, flemático, colérico y melancólico que tienen repartidas estas propiedades, por ejemplo, el flemático es frío y húmedo, mientras que el melancólico es frío y seco.


La medicina de entonces, fundamentalmente no científica, creía que había que sacar del cuerpo lo que estaba mal (sangre, bilis, etc.) para que con ello se fuera la enfermedad. Las lavativas y los vomitivos, junto con las sangrías, eran la base del curanderismo de entonces.

Hahnemann y una nueva teoría de la curación

En estos tiempos, un médico de Sajonia (Alemania), Christian Firedrich Samuel Hahnemann, se dio cuenta inteligentemente de que con frecuencia los médicos mataban más enfermos de los que curaban con sus prácticas. Metido en esta preocupación, cuando traducía el libro Materia Medica de Cullan al alemán, se encontró con la "explicación" de que la quinina (que no se había aislado, pero se conocía como corteza peruana o cinchona) actuaba por su "efecto tónico en el estómago". Evidentemente, tal explicación es una tontería que no explica nada.

Hahnemann procedió a autoadministrarse una buena dosis de cinchona dos veces al día para ver qué efectos tenía, y descubrió admirado que a él le provocaba efectos similares a los de las enfermedades que supuestamente la cinchona ayudaba a curar. Y decimos que a él le provocaba estos efectos porque no se los causa a todas las personas sanas, ya que según el doctor William E. Thomas Hahnemann tenía los síntomas de lo que se conoce hoy como hipersensibilidad a la quinina, una leve alergia.

Basado en su observación de que la quinina parecía producir en una persona aparentemente sana los mismos síntomas que, por otra parte, curaba en las personas enfermas, Hahnemann dio un salto cuántico desprovisto de toda lógica científica y decidió que entonces "lo similar se cura con lo similar" o, como dicen los curanderos homeópatas cuando quieren sonar interesantes, similia similibus curantur, lo que quiere decir que en la creencia de Hahnemann con base en ese solo experimento sin control alguno, para curarse un síntoma cuando esté enfermo, debe usted administrarse una sustancia que provoque precisamente esos síntomas en una persona sana. A esto le llamó "Ley de los similares".

Tal tontería equivale a recomendar echarse ácido sulfúrico en las quemaduras porque a las personas sin quemaduras el ácido sulfúrico les provoca los mismos síntomas (quemaduras, ardor, enrojecimiento y destrucción de tejidos).

Don Samuel Hahnemann era un bienintencionado, pero de ciencia sabía más bien poco. Sus seguidores por lo menos han heredado ese desprecio profundo por la ciencia.

Con base en esa peregrina teoría sacada de una sola experiencia, Hahnemann procedió a desarrollar toda una terapéutica para curar lo similar con lo similar. Su teoría era que en lugar de sacar lo malo, para curar el cuerpo había que ayudarlo a restablecer la "fuerza vital" del propio cuerpo.

¿Cuál fuerza vital? Pues la vis vitalis en la que se creía hasta que aprendimos la bastante fisiología y química como para darnos cuenta de que tal cosa no existe. Pero Hahnemann no dejaba de creer en la teoría de los humores, simplemente le aplicó otra terapia.

Hahnemann desarrolló su terapia basado en sus puras ocurrencias. Por ejemplo, creía que cantidades mínimas de una sustancia bastaban para curar enfermedades, y, de hecho, tenía la inexplicable convicción de que mientras más pequeña fuera la cantidad de la sustancia, más grande era su potencia curativa en el retablecimiento del equilibrio de los humores gracias a la fuerza vital. Otra creencia irracional de Hahnemann era que el poder curativo se intensificaba si se sometía a la sustancia, diluida en agua o líquido similar, a un vigoroso sacudimiento, que llamó "sucusión". La creencia ya supersticiosa de Hahnemann era que al sacudir la dilución (o "sucusionarla") ésta liberaba poderes inmateriales y espirituales responsables de la curación. Por tanto, cada trocito de sustancia podía diluirse una enorme cantidad de veces sin que perdiera potencia, al contrario.

Según sus cálculos, se podía, por ejemplo, hacer una tintura alcohólica de una planta y diluirla sucesivamente hasta que hubiera finalmente una parte de la tintura original por cada billón (un uno con doce ceros) de la dilución final, o 1:1,000,000,000,000. Las diluciones son tales que no queda ni una sola molécula de la sustancia original en el remedio que se le administra al paciente. Pero según Hahnemann, no importa, porque está "el espíritu" del agente curativo.

A esto le llamó, con tremenda pomposidad, la "Ley de infinitesimales".

Si a alguien le interesa abundar sobre el proceso absolutamente
anecdótico e incierto que usó Hahnemann para determinar qué efectos supuestamente tenían algunas sustancias sobre personas supuestamente sanas, puede visitar en inglés la página de homeopatía del Skeptic's Dictionary o leer, también en inglés, Homeopathy in Perspective de Anthony Campbell. Baste decir que su sistema dependía de lo que "sentía" una persona con una sustancia, y que ni siquiera se ocupaba de repetir las pruebas para ver si era confiable.

Y es que Hahnemann se concentraba en los síntomas y no en las causas de los síntomas, es decir, las enfermedades, porque creía firmemente que era "inheremente imposible conocer la naturaleza interna de los procesos de la enfermedad y, por tanto, era inútil especular sobre ellos o basar el tratamiento en teorías".

Va de nuevo porque la frase es parte del dogma homeopático, es "INHERENTEMENTE IMPOSIBLE CONOCER LA NATURALEZA INTERNA DE LOS PROCESOS DE LA ENFERMEDAD Y, POR TANTO, ERA INÚTIL ESPECULAR SOBRE ELLOS O BASAR EL TRATAMIENTO EN TEORÍAS".

(Cuando un curandero homeópata del siglo XXI le cuente a usted la trola de que ellos "tratan el verdadero origen de la enfermedad", recuérdele esta bonita frase de su gurú, a ver qué contesta.)

Como científico, el bienintencionado y supersticioso Hahnemann era un total impresentable.

El caso es que enunció sus creencias en el libro Organon de la medicina homeopática (1810) y se quedó tan contento como un ratón encima de un queso, tanto que se puso a escribir su segundo libro: Teoría de las enfermedades crónicas (1812). Tal es toda su obra.

Quedarse en el pasado: un bonito negocio

Hahnemann no era científico, cosa que no era su culpa, y ciertamente los demás sanadores, curanderos o médicos de principios del siglo XIX tampoco lo eran. De hecho, el gran éxito inicial de las terapias de Hahnemann se debió a que, al no desangrar, hacer vomitar y aplicarle lavativas de mercurio a los pobres enfermos, les administraba cucharadas de nada que, cuando menos, no les jodían más la salud. Esto permitía que los procesos curativos naturales de los enfermos pudieran funcionar sin interferencias.

Ojo, la homeopatía no "causaba" la curación, simplemente evitaba que otras prácticas médicas tontas perjudicaran a los enfermos. Los remedios de Hahnemann eran más humanitarios y menos peligrosos que la alternativa a principios del siglo XIX. Y eran inocuos.

El problema vino a lo largo del siglo XIX, cuando la medicina se desarrolló en las líneas del conocimiento científico y la homeopatía optó por quedarse en el mundo medieval de los humores, la vis vitalis, las sucusiones, el "espíritu inmaterial" de las sustancias de Hahnemann y, sobre todo, la misma farmacopea del Organon de Hahnemann y el mismo sistema para investigar "curaciones".

Mientras tanto, Pasteur postulaba una teoría de la enfermedad que sustituía satisfactoriamente a la teoría de los humores: la de los gérmenes patógenos. En resumen, esta teoría establece que muchas enfermedades son causadas por pequeños seres microscópicos (bacterias, protozoarios, virus). A diferencia de la anterior teoría de los humores, ésta se pudo comprobar por muchos medios hasta que, efectivamente, sabemos con certeza que muchas enfermedades son causadas por agentes patógenos. Y aprendimos a tratar esas enfermedades.

Y los homeópatas seguían en la teoría de los humores, las sucusiones, el "espíritu inmaterial" de las sustancias de Hahnemann y el mismo sistema para encontrar "curaciones".

Luego la fisiología nos fue enseñando que otras enfermedades se deben a desarreglos funcionales del cuerpo, funcionamientos incorrectos, falta de algunas sustancias (como la insulina, cuya falta es el origen de la diabetes), exceso de otras, etc. Y aprendimos a tratar muchas de esas enfermedades.

Y los homeópatas seguían en la teoría de los humores, las sucusiones, el "espíritu inmaterial" de las sustancias de Hahnemann y el mismo sistema para encontrar "curaciones".

La anatomía nos vino a explicar cómo muchas otras enfermedades son ocasionadas por problemas anatómicos, como una aorta bifurcada o una fístula rectal, y aprendimos a tratarlos.

Y los homeópatas seguían en la teoría de los humores, las sucusiones, el "espíritu inmaterial" de las sustancias de Hahnemann y el mismo sistema para encontrar "curaciones".

La genética nos ha enseñado que muchas otras enfermedades o afecciones tienen su origen en alteraciones dañinas de nuestro material genético. La embriología nos ha alertado de problemas en el desarrollo que va de la fecundación del óvulo al nacimiento.

Y los homeópatas seguían en la teoría de los humores, las sucusiones, el "espíritu inmaterial" de las sustancias de Hahnemann y el mismo sistema para encontrar "curaciones".

El lector avezado habrá percibido que hay un patrón discernible acá. O sea, que los homeópatas no han avanzado un milímetro desde 1812.

Ése es el problema.

Y todo eso sin contar lo que sabemos que no es cierto de las propuestas de Hahnemann, es decir:

a) Los efectos de una sustancia no aumentan al disminuir su cantidad, sino al revés,

b) Sacudir cualquier cosa no aumenta sus efectos,

c) Las sustancias químicas no tienen espíritu curativo inmaterial, y

d) Sin duda alguna, los síntomas no se curan con sustancias que causen los mismos síntomas para restablecer la armonía de los humores, sino que sino que los síntomas son indicaciones del verdadero origen de la enfermedad, que se cura con las acciones necesarias para eliminar la enfermedad: aparatos correctivos, medicamentos antibióticos, complementos nutritivos, sustitutos de sustancias (insulina, hormonas), intervenciones quirúrgicas y un vasto arsenal médico que ha logrado lo que Hahnemann no pudo conseguir: aumentar la cantidad y calidad de vida de las personas donde quiera que se apliquen sus principios (véase en este mismo blog el tremendo efecto de la medicina con bases científicas en China a guisa de ejemplo).

De la esquizofrenia como modo de vida: cómo ser homeópata sin volverse loco

Hay algunas partes de las afirmaciones actuales de la homeopatía que son verdaderamente alucinantes ya que contradicen sus creencias. Por un lado, los homeópatas niegan que la enfermedad tenga como causa los gérmenes patógenos, pero por otro lado aseguran que las vacunas (creadas precisamente para crear en nuestro organismo los anticuerpos necesarios para luchar con éxito contra gérmenes patógenos como el virus de la viruela) son "como la homeopatía". No sólo es mentira, sino que es doloso y esquizofrénico. ¿Cómo es que las vacunas sirven para protegernos de algo que no existe?

Los homeópatas suelen no responder ante esto, pero llevan religiosamente a sus hijos a vacunar. (Cuando lo hacen, nos envían el sutil mensaje de que al menos parte de su cerebrito sabe perfectamente que lo suyo es un embuste.)

Los homeópatas dicen que todo es cuestión de que el cuerpo recupere el equilibrio de calor, frío, humedad y sequedad de los humores de la teoría de Praxágoras.

Pero estos señores suelen llevar gafas. Es más, llevan gafas en la misma proporción que el resto de la humanidad. ¿Por qué no se curan devolviéndose al equilibrio de los humores? ¿Será porque saben que su afección es un defecto anatómico para el que deben echar mano de los conocimientos de la ciencia?

Cuando tienen apendicitis (causada por una infección del apéndice a cargo de, lo adivinó usted, gérmenes patógenos, en este caso bacterias), los homeópatas no se toman cuatro chochitos ni se meten un supositorio de belladona (paréntesis: la belladona sirve para todo según los homeópatas, no hay uno que no la recete en abundancia). Se van a que los médicos (de verdad) los anestesien (con sustancias que no causan que se despierten, sino que causan que se duerman), los abran y les saquen el apéndice (con grandes protecciones contra infecciones, como es la higiene y la creación de campos estériles para la operación), les receten antibióticos para que su herida no se infecte (con los "inexistentes" gérmenes patógenos) y los manden a casa, listos a seguir embaucando a otros miembros de su misma especie con latinajos de similia similibus curantur y otras cosas que, en estos tiempos, tienen un parecido notable con los conjuros de Harry Potter.

Hay un desafío que solemos hacerle a los curanderos y médicos brujos que niegan la teoría de los gérmenes patógenos como causantes de enfermedades: ¿estarían dispuestos a dejarse inocular el virus de la rabia, convencidos de que no se morirán porque los virus no causan enfermedades? O, para no irnos a lo terriblemente mortal: ¿estarían dispuestos a dejarse inocular una buena infección intestinal?

La respuesta es, por supuesto, que no.

En mi pueblo decimos: "No hay borracho que coma lumbre".

Naturaleza, atención personal y placebos

Cualquier médico avezado le dirá a usted que la gran mayoría de las consultas que hacemos a los médicos son innecesarias. Es decir, vamos al médico buscando tratamiento para enfermedades y afecciones de los que puede encargarse perfectamente nuestro cuerpo sin necesidad de ayuda externa.

En el caso de la gripa, por ejemplo, hay una máxima clásica: "con medicinas, siete días, sin medicinas, una semana".

Por supuesto, cualquier curandero, médico brujo, sanador, naturista, homeópata, cromatoterapeuta o cualquier miembro de la tribu de los charlatanes, tendrá el mismo éxito.

Muchas veces vamos al médico para que atienda nuestros síntomas, y muchas veces ni eso puede hacer, como sabemos con tristeza quienes tenemos dos gripas al año y a quienes los "antigripales" (medicamentos para controlar los síntomas de la gripa, principalmente el moqueo, con antihistamínicos, y el dolor de cabeza y generalizado, con analgésicos) no nos causan efectos perceptibles, con lo que debemos aguantar a pie firme los embates virales. En todo caso, los médicos nos dan algo para los síntomas y dejan que la naturaleza siga su curso.

Pero cuando estamos enfermos necesitamos algo más que antihistamínicos o analgésicos, necesitamos atención humana, que nos hagan caso, que nos cuiden, y por desgracia, debido a los bajos presupuestos que nuestros gobiernos asignan a la salud, los médicos de los sistemas estatales de salud generalmente no pueden ofrecernos esa atención personalizada. Su tiempo es limitado, trabajan en exceso, atienden a demasiados pacientes.

Entonces, el frasquito con pildoritas o jarabe es flaco consuelo.

Y allí es donde los charlatanes hienden sus garras en las carnes de sus víctimas: les dan tiempo, les dan palabras amables (es su negocio), les dan consejitos, hacen todo lo que debería hacer el médico familiar. Establecen una relación personal con el paciente que siempre se agradece. No pueden curarnos, pero sicológicamente pueden apoyarnos como deberían hacerlo todos los médicos (y si no lo hacen no es, como quieren los charlatanes, culpa de los médicos, sino de los sistemas de salud que deberíamos ocuparnos en mejorar antes de acudir a pelamangos especializados en cobrar por no hacer nada).

Finalmente, hay enfermedades reales sujeto de tratamientos reales cuya curación puede acelerarse o producirse simplemente si el paciente cree que lo están ayudando. Los estudios científicos sobre medicamentos usan generalmente a dos grupos de pacientes, uno al que se le administra el medicamento en estudio y otro al que se le administra una sustancia inocua (azúcar, agua de colores, cápsulas con polvo de maíz) que en general se conoce con el nombre de placebo. Obviamente ni el médico que administra el tratamiento ni los pacientes saben a quién se le está dando medicamento y a quien remedios de mentiritas (a este sistema se le conoce como "prueba de doble ciego").

Lo interesante es que, en todos los estudios, algunas personas del grupo que recibe el placebo informan que se sienten mejor, y en algunos casos la mejoría se puede medir y observar.

Actualmente, la ciencia seria está estudiando esto, que se conoce como "efecto placebo", y los datos disponibles indican que parte el efecto placebo se debe precisamente al desarrollo natural de las afecciones, parte proviene de la interacción humana con un cuidador en el que se confía y parte proviene de las creencias personales respecto de la efectividad del tratamiento, de modo que una determinada forma de pensar puede estar ayudando a controlar alguna enfermedad o sus síntomas.

Estas tres cosas, el curso normal de la enfermedad, la atención personalizada y el efecto placebo (que es en parte provocado por los dos anteriores) explica bastante claramente cómo es que tantas personas que visitan a homeópatas sienten alguna mejoría. No tiene nada que ver, por supuesto, con la eficacia de sus remedios, que como hemos visto son totalmente inocuos. Pero esto nos dice que sigue habiendo aspectos de los procesos de las enfermedades que deben seguirse estudiando.

(Pero por supuesto la medicina con bases científicas es la responsable de hacer estos estudios, las prácticas supersticiosas de curación no estudian, no investigan y, ciertamente, no avanzan.)

¿Qué tiene de malo entonces la homeopatía?

Hasta cierto punto, en el mundo de las prácticas supersticiosas relacionadas con la salud, la homeopatía es una de las menos peligrosas directamente. La herbolaria aplicada sin conocimientos farmacobiológicos adecuados puede administrarle a las personas sustancias dañinas. La acupuntura puede causar daños neurológicos leves. Los quiroprácticos dejan ocasionalmente a sus pacientes parapléjicos al manipular salvajemente el cuello. La homeopatía es, en ese sentido, bastante inocente, como lo era cuando se le ocurrió a Hahnemann hace casi dos siglos.

Pero sí hay peligros.

Los tres peligros clave para quienes se hacen atender por homeópatas son el diagnóstico incorrecto, la evitación de un tratamiento médico efectivo y el ocultamiento de la verdad.

Los homeópatas no cuentan con las baterías de estudios, análisis, experiencia clínica, datos estadísticos y conocimientos anatomofisiológicos que tienen los médicos para hacer diagnósticos acertados. Y todos sabemos que, pese a todo ese arsenal, los médicos pueden equivocarse. Ahora calcule usted cuánto pueden equivocarse quienes solamente pretenden hacer un diagnóstico conversando con sus pacientes acerca de sus síntomas y haciendo algunas manipulaciones más bien inútiles.

Un diagnóstico acertado y oportuno es indispensable para un tratamiento correcto. Alguien que se haga tratar por homeópatas o por cualquier otro charlatán del curanderismo disminuye sus posibilidades de curación al retrasar o no acceder a un diagnóstico claro. Muchas enfermedades avanzan, y por ello su detección a tiempo es clave. Un ejemplo clarísimo es el cáncer, que cuando se diagnostica a tiempo tiene muchísimas posibilidades de tratamiento. Estando bajo el influjo de un homeópata, para cuando la víctima reaccione puede ser demasiado tarde.

La evitación del tratamiento médico es también un peligro latente. Los homeópatas basan gran parte de su "prestigio" en el ataque constante a la medicina con bases científicas (a la que llaman "alópata", palabra inventada por ellos con objeto de insultar a quienes no comparten sus creencias), y por tanto suelen desanimar a sus clientes a que visiten a médicos de verdad. El peligro de esto es clarísimo, ya que las enfermedades que nuestro cuerpo no puede curar por sí mismo tienden a evolucionar y a complicarse, reduciendo la cantidad y calidad de nuestras vidas.

Finalmente, aunque a veces lo nieguen en público, los homeópatas creen en una serie de postulados demostrablemente falsos, sustentados en la magia y en las conclusiones sacadas muchas veces de la nada por parte de Hahnemann. Lo que creen es falso, y por tanto lo que le ofrecen a sus clientes, así sea con la mejor de las intenciones, es mentira. Todos, sanos o enfermos, tenemos derecho a obtener la información más completa, avanzada y certera acerca de nuestro cuerpo y mente, de nuestro estado de salud y de nuestras perspectivas de diagnóstico y pronóstico. Vivir menos y vivir peor es mucho más dañino cuando además, se vive en la mentira.

Lo de Hahnemann fue una equivocación, una teoría errónea, hija de la ignorancia de su tiempo como tantas otras. Lo de los homeópatas de hoy es totalmente imperdonable. Hahnemann propuso prácticas menos dañinas que las de la medicina de principios del siglo XIX, pero inútiles. En su momento, fueron benéficas, pero insistir en ellas desconociendo con tozudez de pollino los avances del conocimiento de casi doscientos años sólo puede ser producto de una profunda incapacidad mental o de una disposición absoluta a mentir con todo descaro para mantener vivo un negocio que debió desaparecer al surgir Louis Pasteur y que hoy sólo puede causar más daño que beneficios a sus víctimas.

mayo 19, 2004

Miniactualización sobre el castillo de los plastas muy casposos

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Realmente conmueve ver al hebefrénico Manuel Carabantes (alias "Profesor Mercury", porque éstos tienen mote como los otros pillos que pueblan las penitenciarías) rodeado de lo más selecto de los superfreaks de la pobre España.

Esperpentos impresentables como Leonardo Dantés, "Arlequín" y otros miembros de la troupe de fenómenos de feria que alimentan al sector más basto de la televisión, acompañaron al farsantazo que, disfrazado de brujo de caricatura mala, presentaba urbi et orbi: ¡su canción dedicada a los protagonistas de la boda real española que se nos viene encima!

El tal Carabantes, ya lo decíamos, es guitarrero y se supone que compone música, pero debe haber sido malísimo, porque el negocio le resultó tan ruinoso que mejor se puso un gorro de piquito y se lanzó a sorber billetes de bolsillos ajenos con tonterías esotéricas, mágicas y francamente absurdas como sus "consultas de sexología" por correo electónico, cobrando, claro (porque de eso se trata, no lo olvidemos).

El mundo de Tamara, del Pozí, de Tony Genil, de las encueratrices que difaman el buen nombre de una profesión tan honrada como la prostitución y otros notables miembros de la escoria de la sociedad española es, eso sí, sin duda, la comunidad más adecuada para un bicho como Carabantes... pero también lo es para sus cófrades, cómplices o coequiperos, desde JJB con hielo hasta Aramís Fuster, pasando por todos los desfachatados vividores de la paranormalología que medran en revistas, libros, radio y TV.

Ojalá pronto se adhieran a sus congéneres.

mayo 14, 2004

Siguen los ovnis

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(Nota: La primera entrada sobre este penoso tema está debajo de ésta, o sea que si quieren leerlas en orden hay que leer primero la segunda y luego ésta. Sí, es raro, pero es la lógica de los blogs.)

En la transcripción que llegó a nuestras manos ayer sobre la entrevista que Carlos Loret de Mola le hizo al Secretario de la Defensa de México, general Clemente Ricardo Vega García sobre los ovnis de Campeche (que podrían ya ser ovis), se omitió una frase reveladora en grado sumo que sí recoge La Jornada en su edición del 13 de mayo.

Resulta que cuando los científicos e investigadores de verdad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) vieron en televisión las "misteriosísimas" lucecitas que no pudieron identificar los pilotos (y que para la esquizofrenia interesada de Jaime Maussán y sus víctimas son "naves inteligentes"), se comunicaron velozmente a la Secretaría de la Defensa Nacional para saber la frecuencia de los radares, la altura y velocidad con las que viajaba la nave militar, así como datos acerca de la rapidez con la que se movían las esferas luminosas.

Ante la petición de esos tipos raros de la universidad (que, como todo el mundo sabe, es un foco subversivo y sospechoso), la respuesta fue tajantemente militar: "La información que ustedes solicitan es clasificada".

Clasificada, sí, para los científicos, pero no para un esperpento como Jaime Maussán que "sale en la tele", así sea destilando extravagancias de manicomio.

Sabiéndose esto, durante la entrevista de radio, el periodista Carlos Loret de Mola le informó al general: "La comunidad científica está molesta"

Y entonces el general dijo la frase demoledora sobre los científicos: "Nosotros no sabíamos quiénes eran. No los conocemos."

Atiza, cáspita, repámpanos, recórcholis y todo eso.

Pero, ¿por qué los científicos, esos desconocidos de aspecto extravagante y poco marcial, se lanzaron a buscar datos sobre los ovnis? ¿Creían que E.T quería llamar a casa? ¿Pretendían darle a Jaime Maussán el Premio Nacional de Ciencias?

No. Pero los científicos sí reconocieron lo que vieron en la tele.

Y resulta que entre ellos, dice La Jornada, estaban los doctores Rafael Navarro González, único especialista mexicano que participa en el proyecto de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA) de exploración de Marte y autor de textos científicos sobre la materia, y Julio Herrera Velázquez, ambos investigadores del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.

Y lo que reconocieron, dicen ellos, fueron centellas o "rayos bola". Ovnis convertidos en ovis, pues.

No solemos reproducir al pie de la letra lo que dicen los diarios, pero estos cuatro párrafos merecen copiarse sin tocarse antes de comentarlos, y vienen de un diario intachable como es La Jornada:

Su interés radica en que "nunca se habían observado centellas en esas condiciones". Aseguraron que han sido poco estudiadas por científicos y las describieron como "descargas eléctricas autocontenidas dentro de un gas ionizado conocido como plasma, que puede circular constantemente y se produce cuando la atmosfera está, precisamente, electrificada. Por eso se crean esferas en las que circula la energía".

Hay muy poca documentación y pruebas científicas sobre las centellas -insistieron- y desentrañar el fenómeno representaría un avance fundamental para la construcción de reactores generadores de energía nuclear, entre otras aplicaciones.

La importancia de las imágenes obtenidas en el cielo de Campeche la noche del pasado 5 de marzo radica, para los expertos en química de los relámpagos, física del plasma y fusión nuclear, en que las contadas observaciones de centellas que se han registrado hasta la fecha se han hecho a poca altitud y durante periodos muy breves: microsegundos.

En este caso, expusieron, duraron más de lo común, debido quizás a que no chocan con ningún obstáculo que disipe su energía. Manifestaron que su estudio enriquecerá de manera invaluable el conocimiento científico.


Por supuesto, a plastas como Maussán les importa un reverendo carajo partido por la mitad que se "enriquezca el conocimiento científico" si de lo que se trata es de enriquecerse él. Por supuesto, nada tiene de raro que las centellas, que en siglos pretéritos se consideraron "brujas" y "luces malignas" sean hoy consideradas por los supersticiosos y bufones del tercer milenio "naves extraterrestres".

Porque el hecho real es que lo que ha recorrido el mundo gracias a la decisión de las fuerzas armadas no es una aportación al conocimiento que puedan aprovechar los científicos mexicanos para explicar mejor nuestro mundo, sino la versión charlatanesca ofertada por Maussán en su imperio de embustes.

Una aportación al estudio de diversas disciplinas con los videos sigue siendo posible, claro, si de repente se "desclasifica" para los científicos la información que se le regaló a Maussán (quien lucrará con bienes de la nación, por cierto). De todos modos, podemos apostar que el impúdico Jaimito nunca aceptará que lo que tiene ahora para su explotación sea otra cosa que naves extraterrestres. ¿Cómo lo sabe? No lo sabe, claro, pero simula que es un primor.

mayo 12, 2004

Derecha cerril y platillos voladores

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(Nota: Al final de la entrada hay dos-actualizaciones-dos del 13 de mayo para que nos divirtamos más.)

En su esfuerzo por deshacerse de un gobierno autoritario y unipartidista (el del PRI, Partido Revolucionario Institucional, nombre esquizofrénico si los hay) de más de 70 años de vida, México dio un accidental patinazo y vino a caer en las garras de una derecha absolutamente cavernaria, microcefálica y arrogante (la del Partido Acción Nacional, PAN) que, para remate, se asoció de inmediato con el PRI y le dio trabajo a varios de sus miembros para refundar y fortalecer la intolerancia, el neoliberalismo y el autoritarismo con nuevos bríos milenarios.

Este triste hecho político, que ha puesto a simpatizantes del sinarquismo (movimiento partidario de Hitler en la Segunda Guerra Mundial) en el gabinete ministerial mexicano, tiene su expresión de exquisita incultura y desprecio por la seguridad nacional en un asunto reciente de ovnis y charlatanazos.

México cuenta con físicos, astrónomos y astrofísicos de primera línea mundial, entre ellos habría que mencionar a Julieta Fierro, ganadora del Premio Kalinga que otorga la UNESCO, o a Rafael Fernández Flores (profesor de excepción y especialista en desenmascarar patrañas ovnilátricas). Pero hay muchos más. Pese a los embates de la estupidez gubernamental, la facultad de ciencias de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y sus institutos de investigación tienen todavía a un número respetable de científicos de primera línea (sin contar a los que huyeron al exterior gracias a la falta de presupuesto para la ciencia, disciplina humana que nunca han entendido los lamentables gobernantes mexicanos). Lo mismo se puede decir acerca de meteorólogos y estudiosos de la atmósfera.

En México existe también un grupo de promoción del pensamiento crítico, SOMIE (Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica), que cuenta entre sus miembros a reputados investigadores dedicados al estudio serio de los ovnis, como Luis Ruiz Noguez y Héctor Escobar, este último reconocido internacionalmente por su acuciosidad al conseguir develar el verdadero origen del "ovni de Puebla", como ya relatamos aquí.

Finalmente, en México existe también un personaje lamentable, un charlatán de tomo y lomo, llamado Jaime Maussán, deshonra y vergüenza del periodismo nacional y mundial, quien durante ya muchos años se ha dedicado a ordeñar el "fenómeno ovni" aliándose a todo tipo de charlatanes, vendiendo videos que, según sus autores, usa sin permiso y sin pagar derechos de autor, vomitando una ristra interminable de mentiras en los medios de comunicación y cobrando fortunas por conferencias mamonas y falsarias, siempre cobijado por la empresa Televisa, de innegable poder político y económico en México.

(Los amigos de Tumbaburros tienen una sección dedicada a este singular embaucador y desvergonzado: "El circo de Jaime Maussán".)

Las cosas así, los engreídos incultos que conforman el gobierno mexicano se metieron en un lío diplomático monumental con Cuba como producto de un torpe intento de reventar a un candidato de la oposición de izquierda que actualmente cuenta con la mayor intención de voto para las elecciones de 2006, y contra el cual armaron un complot tonto, infantil e inepto que les estalló entre las manos. Desde febrero, día a día se le va cayendo el teatrito al gobierno del PAN/PRI, al tiempo que el PAN trata de salvar a un gobernador suyo denunciado por ligas con el narcotráfico.

Y entonces, al parecer con objeto de distraer la atención, el gobierno opta por dar a conocer unos videos supuestamente filmados con cámaras infrarrojas desde aviones de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en los que aparecen, en los cielos del estado de Campeche, varias lucecitas que los pilotos no pudieron identificar. Los videos son del 5 de marzo, pero se difunden hasta ahora, que es buen momento para distraer a una opinión pública demasiado interesada en las conspiraciones ilegales armadas por un gobierno cada vez más desprestigiado.

Ojo, lo que se ve no son naves extraterrenas, aparatos de tecnologías asombrosas, propulsores de plasma ni ninguna fumada por el estilo, solamente unas lucecitas que los pilotos no pudieron identificar. Lucecitas que, como sabe cualquiera que tenga alguna idea sobre el funcionamiento de las cámaras infrarrojas, proceden de fuentes de calor, como pueden ser los motores de diversas aeronaves, meteoritos que entren a la atmósfera y se calienten por la fricción, basura espacial, etc.

Ahora, lo esencial es que un elemento extraño en los cielos de cualquier nación es asunto de seguridad nacional prioritaria, por supuesto, y más en estos tiempos en los que los aviones han sido usados por salvajes terroristas para causar muerte y destrucción. Ningún país puede permitir la violación de su espacio aéreo, y debe luchar contra ellas, que para eso tiene fuerzas armadas. Ni qué decir que toda presunta violación de la soberanía territorial de un país merece ser investigada a fondo por parte de las personas más calificadas para ello (como merece investigarse por qué los pilotos de la FAM no realizaron la conducente persecución para identificar el origen de las lucecitas o incluso derribarlas, sobre todo si realmente viajaban a un máximo de 540 kilómetros por hora, con lo que los alcanza fácilmente un avión caza que alcance Mach 1, es decir, más de mil kilómetros por hora).

Ante este asunto de seguridad nacional, ante la necesidad del estado y de la población de conocer el origen de las lucecitas en cuestión, ¿a quién cree usted que acudieron los monumentales fanfarrones de la derecha cerril? ¿A los físicos, astrónomos y astrofísicos? ¿A los meteorólogos y expertos en fenómenos atmosféricos? ¿O, cuando menos, a los escépticos que son los únicos que han identificado el origen de algunos ovnis?

Pues no. El "gobierno" del Presidente Fox (lo de "gobierno" va entre comillas porque se insiste en México que durante más de tres años no ha hecho absolutamente nada más que promover a su esposa para que lo suceda en la presidencia), gobierno cuya cultura no pasa por las universidades sino que se ha forjado en las emisiones de Televisa, gobierno cuya mentalidad se asemeja al torpe humor basto y poco original del "Chavo del ocho", gobierno que ni sabe ni le importa lo que es el conocimiento certero (lo cual demuestra al haber reducido el presupuesto para ciencia y tecnología), le entrega los vídeos para su "estudio" (y con ello una responsabilidad de seguridad nacional)... ¡a Jaime Maussán!

Y Jaime Maussán, en lugar de funcionarios de la defensa o de la FAM, es el que se presenta en la conferencia de prensa para promover su comercio de supercherías.

Por supuesto, Jaimito, siempre atento a ver dónde están los billetes y cómo embolsárselos, y seguramente imaginándose de viaje por el mundo dando lucrativas conferencias con tales videos, ni siquiera tuvo que verlos dos veces para declarar, con la fresca impudicia que lo distingue, que el video muestra la presencia de “vida inteligente que desde hace mucho tiempo ha estado manifestándose en la Tierra y que procede desde otros lugares del Universo”.

¡Eso es ciencia de la buena! Primero tiene usted sus conclusiones y luego estudia los hechos para demostrar que su explicación es la adecuada. Y los gobernantes de una derecha medievalista gritan como monos aulladores encantados de haber acudido a un "investigador" que en su vida ha investigado nada y que, como lo demostró varias veces ante las cámaras de televisión cuestionado entre otros por quien esto escribe, no tiene la menor idea del significado de la palabra "investigación".

¿Y la seguridad nacional? Bien, gracias, manda saludos, anda de viaje, luego llama para ver cómo está la familia.

Y si no me creen (que no tienen por qué creerme, de eso se trata el pensamiento crítico), veamos una cita del periódico La Crónica:

Jaime Maussán llamó a los científicos mexicanos a realizar investigaciones del fenómeno OVNI para que puedan emitir un juicio y “no descalificar a priori videos que muestran la existencia de inteligencia de origen desconocido”.

A ver, Jaimito, tontín, ¿cómo se va a realizar una "investigación" si tú ya tienes la convicción, sustentada en nada más que tus deficiencias mentales y tu desmedida ambición, de que estos vídeos de lucecitas "muestran la existencia de inteligencia de origen desconocido"? ¿Qué harías si se demostrara que las lucecitas en cuestión tienen una explicación común y normal? ¿Lo reconocerías? (La respuesta es no, ya van muchos fraudes que se le descubren a Maussán y no ha reconocido ni uno desde que empezó en esto promoviendo las fotos y películas falsas de "BillY" Meier y hasta el fraude Reed. La verdad no lo conmueve para nada.)

O sea, especímenes como Maussán sólo aceptan investigaciones que coincidan con su conclusión anticipada, y, por supuesto, consideran "poco objetivas" a las investigaciones que demostraran algo opuesto, por decir algo, que las lucecitas en cuestión eran de aviones estadounidenses violando nuestro espacio aéreo para espiar a Cuba, o cosa similar.

Imaginemos lo más probable, que gente muy seria como el Dr. José de la Herrán, astrónomo que ha formado a numerosos periodistas científicos en México, tenga razón. La ya mencionada nota de La Crónica, dice:

... el astrónomo mexicano José de la Herrán dio sus argumentos científicos sobre la imposibilidad de que se trate de naves espaciales, como se ha especulado, pues aseguró que pudo tratarse de fragmentos de un meteorito.

Explicó que cuando un meteorito choca contra la atmósfera de la Tierra, éste se fracciona en muchos pedazos y se ven como si estuvieran estáticos y alineados unos con otros mientras despiden un gran brillo.

“Y claro, la gente que no sabe que suceden estos fenómenos, al verlos puede interpretarlo de muchas maneras, por ejemplo, puede asegurar que son naves extraterrestres sólo porque las vio”, apuntó.


Pero, claro, esta explicación natural y científicamente viable, no le serviría al gobierno mexicano para distraer a la opinión pública de sus tejemanejes ni a Maussán para seguirse jalando el instrumento con extravagancias lucrativas.

O, siguiendo con la misma nota, veamos lo que dice Rafael Navarro, del Laboratorio de Química de Plasmas y Estudios Planetarios del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM (a lo que Maussán opone, como "investigador", solamente su título de periodista y más de 10 años de asociarse a los más descarados fraudes):

... evidentemente son objetos esféricos no identificados los mostrados por la Fuerza Aérea, pero de ninguna manera prueban la visita de naves extraterrestres.

El estudioso de la vida en otros planetas, dijo a Crónica, que seguramente se trata de “basura espacial” derivada de cientos de satélites que al cumplir su ciclo de vida, caen en la atmósfera terrestre en fragmentos brillantes.

El científico mexicano advirtió que pueden incrementarse los reportes de avistamiento de OVNIS, porque cada vez más el hombre lanza al espacio satélites que son atraídos por la gravedad de la Tierra.


Otra explicación pedestre y común que en nada sirve para hacer más gorda la cortina de humo del "gobierno" de Vicente Fox.

En resumen, que lo único que se ha logrado es que un gobierno cubra sus ilegalidades con las marometas un reconocido mono de circo, que se desprestigie innecesaria e injustamente a las fuerzas armadas mexicanas y, lo que sin duda es más grave, que nunca sepamos qué fue realmente lo que captaron las cámaras infrarrojas, pues con los videos aferrados por las pezuñas de Maussán, nunca se les podrá estudiar adecuadamente.

Y nuestra predicción: en no más de 10 o 15 días aparecerán varios "testigos" en Campeche y Yucatán que dirán que ellos "también los vieron" para salir en tele, además de algunos que tendrán los correspondientes videos tomados desde tierra con los que quieran obtener algunos pesos para acabar la quincena, y todo ello, en la licuadora mental de Jaimito, hará un batidillo gigantesco que ocultará la verdad durante un buen tiempo, si no es que para siempre.

Lucecitas en el cielo y ratas de sacristía encaramadas en un gobierno para el que se han demostrado incapaces, la compañía ideal de la desfachatez de Jaime Maussán.

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Actualización 1 a 13 de mayo

El Secretario de la Defensa Nacional de México, general Ricardo Vega García, no está de acuerdo con nosotros en que el tema de 16 objetos intrusos en cielos de México sea importante para la seguridad nacional, y así lo ha declarado a la radio. Es decir, 16 aeronaves, o lo que fueren, pueden pasearse por los cielos mexicanos de noche en misión desconocida y los máximos responsables de defender a la nación deciden que eso es intrascendente. Al no saber de defensa nacional mas de lo que sabe un ciudadano común y silvestre, suponemos que sus razones tendrá el secretario para verlo así, y nos gustaría conocerlas.

Pero tiene miga que declare que hay "una copia" de los videos disponible para la comunidad científica, "si es que desea" analizarlas. Es decir, en lugar de que el gobierno acuda a los científicos de verdad, le da los originales de un documento de importancia no determinada a un sujeto famoso por su falta de rigor, su mendacidad y su inmensa codicia, pero guarda una copia por si algún científico siente una especie de "deseo" de analizarla.

El señor secretario indicó finalmente: “Yo no veía la utilidad de que se quedara eso grabado ahí guardado (y) tomo la decisión de que se le de a una gente que ha estado trabajando toda su vida con esto y que haga buen uso de ello, porque eso fue lo que se le dijo a Jaime Maussan”. Con esto demuestra lo escrito en este blog, que la cultura de los miembros del gobierno mexicano actual es tan escasa, televisual y desnutrida que se puede creer, desde un lugar de gran responsabilidad, que un periodista desprestigiado es la persona adecuada para recibir los videos, por tener la dudosa calificación de "haber estado trabajando en eso toda su vida" (cosa que, además, no es cierta, Maussancito se metió en esto hará once años, cuando vio el negocio, pero ya para entonces había probado suerte promoviendo otras charlatanerías que lo dejaron en ridículo varias veces en televisión, alguna vez con ayuda de este servidor, por lo cual seleccionó los ovnis por ser tan esotéricos que creyó, el pobre, que no corría tanto riesgo de cagarla, pero aún así se le ha identificado como partícipe en varios sonoros embustes, que ya recordará Jaimito las veces que lo pusimos en evidencia y en cadena nacional).

Es una lástima que el general no sepa que las personas que sí han estado trabajando toda su vida en "eso", que es el conocimiento de nuestro planeta y de nuestro universo, son los científicos y no un esperpento que, se lo garantizo de todo corazón, mi general, y con todo respeto a las fuerzas armadas, no va a hacer "buen uso de ello", como no sea para seguir engordando su cuenta bancaria vendiendo los videos y exhibiéndolos al tiempo que dice pendejadas a los ingenuos que pagan la entrada para escucharlo. Y, lo peor, embarrará con sus cuentos al ejército mexicano y a su fuerza aérea, haciéndolo partícipe inocente de su engaño. La culpa probablemente no es del general, sino de una televisión mexicana en la cual la estupidez ocupa la casi totalidad de sus emisiones, y que casi nunca se ha ocupado en darle un espacio a la ciencia en sus seis canales de televisión privada, comercial y no sujeta a rendimiento de cuentas ante la sociedad a la que manipula.

La parte optimista es que muchos mexicanos ya no caen tan fácil en el cuento, y por igual han recordado el pánico del "chupacabras" que nos recetó Maussán hace unos siete años que han tenido en cuenta las declaraciones de George Bush de que desplegaría aviones para retransmitir Radio Martí y TV Martí a territorio cubano, que viene quedando enfrente de Campeche.


Actualización 2 el 13 de mayo

Javier Armentia se ocupa de los ovnis de Campeche en su blog "Por la boca muere el pez", donde también vale la pena leer los comentarios que se han hecho al respecto.

Y si usted quiere valorar por usted mismo la clase de alimaña que es Jaime Maussán, para que se ilustre dejamos constancia de algunos enlaces adicionales:

El sitio chileno "La nave de los locos" hace la crónica de una de las mariguanísimas conferencias que Maussancín hace recorriendo el mundo y cobrando a dos manos.

En el mismo sitio, el ufólogo científico mexicano Luis Ruiz Noguez, ya mencionado arriba, asombra al público dejándolo boquiabierto al relatar la colosal cantidad de imbecilidades que Maussán puede expeler en unos minutos de televisión.

Julio Arrieta se ocupa del fraudazo Reed y cómo lo mercadeó Maussán.

Y, por supuesto, no es para menos, visite usted la página del propio Jaimito Maussán para que vea con sus propios e incrédulos ojos suyos de usted y su mismidad tanto el caletre como la calaña del sujeto, y cómo ya empieza a comercializar el asunto de Campeche, con "análisis" tan profundos de algunos cuadros del vídeo de la FAM como pasarles el filtro "emboss" de PhotoShop. ¡Cuánta ciencia!

mayo 10, 2004

¿Ha muerto la criptozoología?

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Aldo Tomi Alba, escritor y divulgador mexicano, nos hace llegar la siguiente colaboración sobre el tema de la "criptozoología", una más de las risibles "disciplinas" de los esotéricos climatéricos y que ilustra bastante bien cómo hacen "ciencia" los meapilas metidos en el mundo de alucinaciones y desprecio por la razón más elemental que es el misticismo o la parasicología.

Vale la pena recordar que no hace mucho murió el "descubridor" de las "huellas" del "Pie grande", un simpático embaucador gringo cuyos engaños quedaron ampliamente documentados una vez que dejó el mundo de los vivos, cuando sus hijos mostraron orgullosísimos al mundo los dispositivos con los que su padre le vio la cara de imbéciles a varios miles de congéneres, y entre los cuales estaban las patas de madera con las que hacía "huellas de Bigfoot". Su embuste, sin embargo, sigue dándole de comer a una tropa nada despreciable de haraganes.

Esos haraganes mantendrán vivos los mitos no por creer en ellos siquiera, sino porque pueden contarle los mismos cuentos a las nuevas generaciones una vez que los anteriores entusiastas los depositan en el bote de la basura, que es, finalmente, su hábitat natural.


¿HA MUERTO LA CRIPTOZOOLOGÍA?
por Aldo Tomi Alba


Pues si no lo ha hecho, resultan sospechosos los buitres prehistóricos que ya planean sobre ella.

La criptozoología, nombre acuñado en 1955 por el zoólogo belga Bernard Heuvelmans, autor de Sobre la huella de animales desconocidos (la edición más reciente de On the Track of Unknown Animals es de Paul Kegan, Londres, 1995), monumental y legendario tratado en el que el científico analizaba con todo detalle reportes de encuentros con especies "desconocidas" o criptozoológicas (del griego kryptos, enigma y zoo animal). Heuvelmans lanzó una atrevida teoría para explicar esos avistamientos, en ella concluía que la mayoría eran encuentros con animales considerados extintos o desconocidos: dinosaurios saurópodos, invertebrados descomunales y mamíferos prehistóricos (perezosos, esmilodones, chalicoterios y zeuglodontes).

La minuciosa obra de Heuvelmans encendió la llama que llevaría a la creación de la criptozoología, además del sorprendente hecho que se hubieran descubierto celacantos vivos (pez primitivo de aletas lobuladas del antiguo orden de los crosopterigios), pues el último registrado se encontraba en un fósil con una antigüedad de 60 millones de años. Y, sí los celacantos habían sobrevivido, ¿por qué otra especie no? Reinó entonces la esperanza de que nuestro planeta tendría que albergar más "fósiles vivientes" (de mayor tamaño que los "pececitos de plata", los escorpiones y el tuàtara neozelandés).

Se supo entonces que había seres tan famosos como el abominable hombre de las nieves, el monstruo del lago Ness, el kongamato y muchos otros que sólo se conocían por leyendas o descripciones de exploradores y cazadores.

Así nació la criptozoología, cuyo principal objetivo sería demostrar a la ciencia oficial y al público en general que el Yeti y los otros seres eran tan reales como los leones de África. Sus adeptos se lanzaron al mundo en busca del ejemplar gracias al cual su ciencia alcanzaría el estatus de oficial.

Pero...

Han pasado 40 años y no existe todavía una sola fotografía, audio, video, película, diapositiva, huesos, huella, cadáver, pelos o polvo de algún ejemplar.

El principal argumento de los criptozoológos es que la biología oficial no acepta la existencia de nada si antes no tiene un ejemplar en su mesa de disección, bárbara costumbre decimonónica.

Por otra parte, la búsqueda de estos ejemplares; a pesar de lo que pudiera creerse, no sólo la realizan aficionados o farsantes, pues científicos, aventureros, millonarios texanos y hasta la BBC han patrocinado y/o realizado expediciones al Himalaya, al Amazonas y al Congo. Lamentablemente nunca han obtenido resultados positivos.

Entre algunos de los problemas que padecen las expediciones están:

a) Por la premura no se mide la luz de forma adecuada y al revelar las fotografías sólo se advierten borrones. En tiempos modernos, la aparición del ejemplar es tan fugaz que no hay tiempo de desenfundar la cámara de video.

b) Cuando se mata o se encuentra un espécimen muerto, siempre se le desecha porque el hedor de la descomposición es insoportable, así se han perdido presuntos cadáveres de plesiosauros, serpientes gigantes y hombres-simio (en la famosa foto del "Simio de Loys" todo parece indicar que es un moño araña al que se le escondió la cola), sin que a nadie se le haya ocurrido tomar una fotografía, guardar la cabeza, algunos dientes, una garra, un trozo de piel o lo que fuera.

c) Las criaturas siempre se aparecen en la lluvia, en la niebla, en la obscuridad o demasiado lejos.

d) El explorador está exhausto y enfermo y aunque ve al ejemplar, ya no tiene fuerza para sacar la cámara, el cuchillo o el rifle.

f) Jamás se ve al ejemplar, pero se encuentra a decenas de personas que afirman que sus abuelos sí lo vieron e incluso lo cazaron.

g) Cuando los exploradores pasan, el ejemplar acaba de hundirse en el lago y lo único que se ve es el movimiento del agua.

En conclusión, nadie ha presentado pruebas de que existan ejemplares vivos de Alma, Orang Pendek o Yeti (homínidos), Mapinguari (perezoso gigante) M'kele M'bembe (dinosaurio del congo), Sucurijú (anaconda gigante, más de 20 metros), oso de Nandi, serpientes marinas gigantes, basilosaurio, quetzalcoatlus, etcétera...

Además, varios "testimonios auténticos y serios" ("La foto del cirujano" en el caso de Loch Ness, por ejemplo) se han revelado últimamente como fraudes de diferente manufactura (modelos a escala, disfraces, retoque) y, en las filmaciones que existen, el sujeto está tan lejos que se puede adivinar lo que uno quiera.

Además, los testimonios cambian tanto acerca del mismo ejemplar, que parece que los testigos estuvieron en Monster Island.

Sí se han documentado nuevas especies de tiburones, elefantes, ciervos, chimpancés e insectos, pero ningún sobreviviente de eras pasadas.

El único que sigue presentando "pruebas" en primera plana es el National Inquirer como: "¡Paseantes perseguidas por un tiranosaurio!" y tonterías por el estilo.

Así que día con día crece la cantidad de ex-creyentes en la criptozoología que aceptaron con tristeza que los únicos dinosaurios sobre la Tierra son:

* Barney

* Los generados por computadora

Y de haber quedado uno, ya hace muchos años que murió. Y que sí, el caso del celacanto es único en la faz de la Tierra.

Admiten igualmente que Nessie, Ogopogo, Selma y Champ, entre otras criaturas acuáticas, sólo son esturiones, anguilas o salmones muy desarrollados, bancos de peces, fenómenos hidrológicos o engaños del comité turístico de la localidad.

Quizá la criptozoología, que nació cuando todavía había sitios por explorar a finales de los años 50, respondía al optimismo de la "era atómica", a la ilusión infantil en la existencia de un "Mundo Perdido" en el que estegosaurios y baluchiterios no se hubieran ido para siempre. Lugar en que se haría realidad el sueño de encontrar hombres nunca corrompidos por la civilización.

Pero en nuestros días de satélites de vigilancia con cámaras de alta definición, con la capacidad de distinguir una hormiga en el piso de una selva ¿qué tan probable sería la existencia de un "Mundo Perdido", ya sea en el Amazonas, África, la Antártida o el Polo Norte? Ahora que se escudriña cada centímetro del orbe desde el espacio, no se ha encontrado nada parecido (a menos que el "gobierno secreto" de la Tierra los mantenga en secreto).

La criptozoología llegó, como la ufología, a un callejón sin salida, pues sus adeptos se retiran desilusionados ante la falta de pruebas. Además de que nuevos descubrimientos en el estudio del clima le asestan golpes mortales, por ejemplo, aquella creencia de que existiera un lugar en el mundo en el que las condiciones climáticas se hubieran mantenido desde el Jurásico no es posible, porque en tan sólo 1,000 años una selva tropical puede convertirse en una llanura.

A pesar de que contó entre sus filas con científicos intachables como Ivan Sanderson, que se vio envuelto por el entusiasmo en el escandaloso fraude de un presunto homínido congelado que resultó un modelo de plástico, el ex director del departamento de biología de la Universidad de Chicago, doctor Roy Mckal, o el ya citado Heuvelmans, la mayoría de la comunidad científica tacha a la criptozoología de "hechiza", y lo sigue haciendo, pues la emparenta más con los horóscopos que con la biología.

No cabe duda que pensar que no se habían extinguido los masasaurios era un buen deseo, ¡cuántas dudas se resolverían! Además, lavaría un poco la culpa de haber extinguido millones de especies desde el siglo XVIII.

Pero, como ya sabemos que no existe un "mundo perdido", tendremos que esperar miles de años para que exista una agencia de viajes en el tiempo que nos permita ir al Cretácico inferior.

El pronóstico es que la criptozoología terminará en el desván de las seudociencias como el mesmerismo, la new age y el Malleus Maleficarum.

Mientras tanto, los fanáticos se aferran a lo imposible y ya aceptan como "ejemplares criptozoológicos" ¡al "chupacabras", los vampiros y el "hombre polilla"! Otros publican grotescos fraudes por Internet como el "apatosaurio de Guanajuato", que los habitantes llaman "Chan" (una versión mexicana de M`kele) según el cuento chino que nos narra esta página. O, de plano, se lanzan a la mariguanada total y proponen la teoría de que los Yetis y Bigfoot son "parasimios" es decir, seres con apariencia simiesca que pueden alterar su composición molecular, lo que, según ellos, explica que las balas no los dañen o que nunca se hayan encontrado restos, o bien que son artefactos exploradores de los ovnis, que vienen de otras dimensiones o son habitantes de la Tierra subterránea o mundos paralelos.

La verdad es que, si no han encontrado pruebas de animales de 30 metros, nunca lo harán de seres de leyendas folklóricas o alucinaciones guajiras.

Mucho mejor será crear una nueva rama, la biología forense, porque a este paso, en unos cuantos decenios ya sólo quedarán cadáveres de animales por estudiar.

Aunque se observa un fenómeno curioso: a menor posibilidad de que se encuentre un ejemplar, se multiplican las páginas de criptozoología, desde las que la analizan con toda seriedad (Sociedad Española de Criptozoología) hasta auténticos esperpentos a los que les da lo mismo los paquicefalosaurios, que los "mayas que viven en Venus", con tal de que sea un "misterio". Y se defienden diciendo que: "hay cosas que aunque parezcan imposibles, no por eso se pueden negar".

Críptidos famosos

Monstruo del Lago Ness (Nessie) - Escocia.

Bigfoot - Sureste de los Estados Unidos.

Yeti - Cordillera de los Himalayas.

Mapinguarí y Sucurijú - Región amazónica de Brasil, Bolivia y Venezuela.

M'kele M'bembe - Pantanos de Likwuala, Congo.

Oso de Nandi - Kenya.

La clonación del tilacino

La primera especie considerada para la clonación es el tilacino o lobo marsupial, un carnívoro que vivió en Tasmania hasta tiempos recientes (se declaró extinto en 1937), cazado hasta el exterminio bajo la premisa de que representaba un peligro para los granjeros y sus rebaños.

Hoy, los científicos se disponen a reparar ese error y tratarán de clonarlo a partir de una muestra de tejido de un cachorro conservado en alcohol.

Según un programa difundido por la emisora Discovery Channel, una vez reparado el código genético, se llevaría a cabo el proceso de fertilización y luego se trasladaría la célula fecundada al útero de un wombat o un diablo de Tasmania, que son especies afines al Tilacino.

Si el proyecto tiene éxito, ya podremos hablar del fin de las extinciones pues la ciencia habrá encontrado la manera de revertir el proceso, con lo que la clonación dejará de ser ciencia ficción, pues la oportunidad de que especies prehistóricas o extinguidas vuelvan a la vida ya está a la vuelta de la esquina.

Aunque ya surgen las protestas, pues se dice que devolver una especie extinta a la vida es una muestra de la soberbia humana.

¿Y extinguirla no lo es?

mayo 06, 2004

Guía para detectar a los pillastres y sus patrañas

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Visitando sitios de los anillos Web a los que pertenecemos actualmente ("Red escéptica" y "The Skeptic Ring") encontramos numerosas páginas de interés que tocan algunos de los muchísimos aspectos de la falsedad organizada que se cobija bajo palabras como "esotérico", "místico", "parapsicológico", "alternativo", "natural", "tradicional" o, directamente, "mágico" (palabras todas que se traducen en una sola: "engañifa").

Ser exhaustivo con los cantamañanas que venden tales numeritos de circo no es tarea fácil. Constantemente aparecen nuevas variantes de sus chanchullos, inventan "disciplinas", se les ocurren "explicaciones" extravagantes y, en general, presentan un blanco móvil, como lo demostramos con la lista de sitios en los que proponen que está la Atlántida o Atlantis, en la que encontramos ¡12 opciones! a gusto del consumidor (debe haber muchas más).

Lo bueno es que la lucha contra la estupidez organizada es asunto de muchas personas en todo el mundo que, incluso, han logrado establecer cátedras universitarias dedicadas al pensamiento crítico y creativo.

(Uno pensaría que toda la educación se debería dedicar a conseguir que los alumnos piensen de manera crítica y creativa, y no sólo a la repetición mecánica de información que muchas veces ni entienden, pero la realidad es que a casi nadie, excepto a los alumnos, claro, le conviene que las mayorías piensen de manera crítica, y por tanto sus programas educativos casi nunca pasan por ahí.)

Nos encontramos, pues, en la Universidad Metodista del Sur (Southern Methodist University) el curso de física "El método científico: pensamiento crítico y creativo, desenmascarar a las seudociencias", diseñado e impartido por John L. Cotton y Randall J. Scalise, que a falta de títulos mamones como "Hipnólogo de seis pares de cojones" o "Máster en parapsicología con especialidad en la separación quirúrgica de los clientes y de sus billeteras" son humildes doctores en física.

En el tal sitio incluyen una lista de 24 preguntas que pueden (y deben) hacerse cada vez que algún haragán se le acerque para convencerlo de alguna novedosa forma de "curación", de algún impresionante "contacto extraterrestre", de la utilidad de la "hipnosis" para que le crezca el pito o las tetas, o de cualquier otra burrada seudocientífica.

Le escribimos al doctor Scalise pidiendo su permiso para traduicr y adaptar la lista de modo que la conozcan los lectores hispanoparlantes, y recibimos su permiso.

El crédito correspondiente es para los profesores John L. Cotton y Randall J. Scalise, quienes, a su vez, dan crédito a muchos escritores como Michael Shermer, Robert Park, Carl Sagan y otros que "han escrito libros y artículos sobre estos temas. Todos ellos han generado listas de cosas que hay que tener presentes y preguntas que deben hacerse para detectar las afirmaciones falaces e incluso el fraude directo".

Ellos resumieron esas listas, en ésta, "La colección para la detección de disparates" que, con su permiso, adaptamos y comentamos con dedicatoria especial a las sanguijuelas que se retuercen rabiosas cada vez que en este humildérrimo blog tiramos de la manta y exhibimos la clase de babosadas con las que medran.

Ninguna lista de preguntas, claro, basta para detectar todas las afirmaciones absurdas y los dislates de los loquitos, porque no hay nada que sustituya al sentido común (que, como todo el mundo sabe, es el menos común de los sentidos) pero, al partir de éstas que aquí reunimos, el ciudadano común y corriente tiene un asidero sólido cuando el canto de las sirenas lo atraiga a arrojarse por el precipicio del despropósito organizado y la ignorancia optativa.

1. ¿Cómo se anuncia el alegato o descubrimiento?

Un descubrimiento científico no sale del laboratorio directo a los periódicos. Debe explicarse en artículos que explican con todo detalle cómo se llegó a determinada conclusión, cómo se hizo el experimento, qué controles hubo, etc. Estos artículos se revisan antes de ser aceptados en una revista científica. Todo ello tiene por objeto evitar al máximo que orates pretenciosos hagan afirmaciones insostenibles y seudocientíficas. En esas revistas (no en las revistuchas pomposas y millonarias de los JIménez del Oso o los Javiercitos Sierra) se han publicado cosas como la teoría de la relatividad de Einstein, la mecánica cuántica de Planck (de la que suelen echar mano los charlatanes sin tener la más vaga idea de qué carajos significa), la vacuna contra la poliomielitis, la Viagra, los principios de la energía solar y eólica, los primeros intentos de trasplante, la determinación de la forma y composición del ADN, y prácticamente todas las cosas que sirven, funcionan, son reales y mejoran nuestra vida. Si el anuncio se hace en una conferencia de prensa, en una revista de dudosa seriedad (o de cero seriedad, que es lo más frecuente) o en un programa de televisión, vale la pena ser cauteloso, probablemente nadie ha verificado la validez de la afirmación, es decir, que no ha sido corroborada por investigadores independientes (no por los amigos del charlatán, ojo). Y ya si le piden dinero para suscribirse a un boletín, revista, sitio Web, lista de correos, curso o club iniciático, afiance su billetera con las dos manos y salga huyendo.

2. ¿La persona o grupo en cuestión suele hacer alegatos de ese tipo con frecuencia?

Si la fuente del sorprendente "descubrimiento" o afirmación hace con frecuencia alegatos que no se relacionan en lo más mínimo con el conocimiento certero del que disponemos en la actualidad, cuidado. El mejor ejemplo son los taradazos que anuncian cada tanto el fin del mundo, esperando algún día atinarle (no sé, supongo que en sus escasas y desnutridas neuronas creen que cuando el mundo sí se acabe van a ganar un montón de dinero yendo a programas de televisión). Otro ejemplo son los que empiezan jurando que graban las voces de los muertos y acaban ofreciendo cursos sobre "chakras", historias de duendes o cuentos de platillos voladores.

3. ¿Lo que se cita como prueba es evidencia anecdótica?

Las anécdotas o relatos individuales, carecen de utilidad científica y son, a lo mucho, indicios para sugerir avenidas de investigación. Pero recoger anécdotas o testimonios no es "investigación". Las anécdotas sólo dicen lo que una persona vivió y cree (suponiendo que no esté, además, mintiendo). No se puede inferir ningún principio generalizado a partir de una anécdota (ni de varias). Las afirmaciones, inventos, descubrimientos o relatos que citan grandes cantidades de anécdotas o testimonios y nada de pruebas sólidas son sospechosos.

4. ¿La fuente (persona, grupo, mafiecilla) alega que "la ciencia establecida está tratando de reprimir este descubrimiento"?

Alerta roja. Esta afirmación (que hacen buscando la simpatía que el noble espíritu humano destina a los Davids que luchan contra horrendos Goliats poderosos aprovechando que la gente en general no sabe como funciona la investigación científica ni qué es "la ciencia") suele hacerse sin ninguna prueba tampoco de que la "ciencia establecida" (sea lo que sea que eso signifique) esté haciendo tal cosa. Pero además, esa acusación aviesa no es ninguna prueba de que su afirmación sea verdad. Están mareando la perdiz, escondiendo la mano o haciéndose pendejos.

5. ¿El alegato encaja en lo que sabemos del universo?

Sabemos mucho sobre nuestro universo, realmente... mucho más de lo que imaginan los embaucadores. Sabemos cada vez más. Y, en el proceso de aprender eso, hemos descubierto el asombroso hecho de que todos esos conocimientos son armónicos y conforman un contexto amplio exento de contradicciones salvo en lo referido a interpretaciones sobre lo que todavía ignoramos (la ciencia avanza todo el tiempo, a diferencia de las seudociencias y falsedades). ¿La afirmación que se ofrece para nuestro consumo encaja en ese contexto de conocimiento ya adquirido? Shermer usa como ejemplo la afirmación integrista de que la Tierra sólo tiene 6,000 años de antigüedad, y que, para que la aceptemos, exige que aceptemos también que todo lo que se sabe acerca de la Tierra y el sistema solar mediante la astronomía, la física, la geología, la biología, la paleontología y otras ciencias es completamente falso.

6. ¿El descubrimiento se realizó en una situación de aislamiento?

Hace años, personas brillantes sin educación científica previa podían hacer descubrimientos científicos relevantes trabajando en la cochera. Hoy eso es prácticamente imposible. Por decirlo de algún modo, las cosas fáciles de descubrir ya las descubrimos, incluso varias veces. Es mucho más probable que la persona que anuncie tan gran "descubrimiento" sin formación científica esté malinterpretando un efecto natural ya conocido. Sin embargo, incluso cuando se les muestra su error, conservan la creencia de su grandeza. La psiquiatría tiene un nombre para eso.

Por ejemplo, en 1986, en México, un doctor León Roque, "descubrió" que el árbol del tepezcohuite (una acacia) era "bueno para las quemaduras" (así, en general y vagamente), sacó una patente en los EE.UU. (lo cual no significa nada) y se puso a comercializar su brillante descubrimiento: la corteza del tepezcohuite reducida a polvo.

Resultó que el agente activo del tepezcohuite era el ácido tánico (el mismo que se usa para curtir pieles) y que en el pasado la medicina ya lo había usado para tratar quemaduras, pero por sus efectos colaterales, su uso se había dejado de lado en la mayoría de los casos habiendo remedios más efectivos y menos peligrosos. Más aún, la patente del tal Roque era biopiratería pura, porque las propiedades del tepezcohuite en polvo ya eran conocidas por los mayas desde el siglo X. El ácido tánico (y, por ende, el tepezcohuite) sirve, para acelerar la cicatrización de pequeñas quemaduras o heridas, pero para nada más (mucho menos para tratar quemaduras graves y extensas, como quería inventar el "inventor").

¿Aceptaron la explicación el doctor y la caterva de "naturópatas" y "fitoterapeutas" que se le subieron al tren (por no mencionar a su socio, Jorge Santillana, que depredó los bosques chiapanecos para engordar el negocio jodiendo de paso a los indígenas de los alrededores según denuncia la ONG Pro Diversitas)? Por supuesto que no. Al cabo de unos meses, Roque ya vendía shampoo de tepezcohuite para evitar la caída del pelo (sin explicar qué carajos tiene que ver curar las quemaduras con la calvicie), chicle de tepezcohuite anticaries (tampoco lo explican), pomada de tepzcohuite para un cutis fresco y radiante y mil estupideces más.

Presionados por una opinión pública ignorante y sensacionalista, los hospitales mexicanos probaron el tepezcohuite con los mismos resultados que tenía el ácido tánico simple (que es, además, más barato), y su uso médico se abandonó. Pero aún se le puede encontrar, rodeado de verborrea estridente sobre sus "mágicas" propiedades, en diversas tiendas supuestamente "naturistas".

7. ¿Alguien ha tratado de refutar el alegato?

Es muy importante determinar si otros investigadores (independientes, insistimos, no cómplices, contlapaches, coequiperos, paleros, compadres, amiguetes o asociados del charlatán mayor) han tratado de duplicar el trabajo en cuestión. Es para esto que los científicos de verdad publican sus detallados artículos en las revistas serias: para que otros investigadores competentes puedan intentar reproducir los experimentos. Esos otros investigadores repiten los procedimientos y publican sus resultados y, si coinciden con los originales, se puede aceptar que son reales, no antes.

8. ¿La fuente (persona o grupo) ofrece una nueva explicación para fenómenos observados o simplemente está atacando la explicación ya existente?

Como ocurre con las afirmaciones de que "la ciencia" los reprime, esta afirmación no ofrece ninguna prueba real de que el descubrimiento es válido. Cualquier persona que ataque las explicaciones ya existentes deben probar tanto que la explicación es incorrecta como que su explicación alternativa (si la tiene) es más sólida que la anterior. No habiendo evidencia, lo único que sabemos es que no les gusta la explicación existente, a saber por qué.

Sabemos, por ejemplo, que los objetos que se ven en el cielo son estrellas, cometas, meteoritos, satélites humanos, naves espaciales humanas, aviones, helicópteros, globos aerostáticos, paracaidistas, relámpagos, pájaros diversos y cosas así de vulgares. Si alguien pretende cambiar esas explicaciones por una en la cual un objeto más o menos difuso fotografiado por un zoperútano incapaz de enfocar una cámara es "una nave extraterrestre", necesita pruebas bastante más sólidas que la foto fodonga que vende por las televisiones, ¿no? Necesita, por lo menos, a los extraterrestres en persona y con su correspectiva prueba de ADN. El salto lógico inmenso que va de un manchón en una foto a una civilización completa que viola las leyes del universo no se justifica en modo alguno.

9. ¿La fuente alega que "este conocimiento ha sobrevivido tanto tiempo que debe ser bueno"?

Hay muchas cosas que se "descubrieron" en el pasado, joyas de la sabiduría ancestral como "la Tierra es plana", "las enfermedades las causan los demonios", "los aristócratas tienen la sangre azul", "si uno se momifica luego vuelve a la vida", "hay cuatro elementos: agua, aire, tierra y fuego" y otras joyas de esa calaña que el tiempo ha demostrado que no tienen base en la realidad. La "antigüedad" o "tradicionalidad" de una afirmación no le da ningún nivel de verdad. Lo que importa son las pruebas, no lo antiguo de la afirmación. (Ya en nuestra entrada "Cuentos chinos II: ignorancia tradicional, ignorancia alternativa" vimos lo atrozmente inútil que resultó la medicina tradicional china para darle una vida más larga y sana a los chinos durante miles de años, mientras que la medicina real ha obtenido resultados espectaculares y beneficios demostrables para los chinos.)

10. ¿El efecto observado es demasiado pequeño y lo acompaña la imposibilidad de aumentarlo?

Una pregunta compañera de ésta debe ser: ¿el experimento es multiestadístico o es una medición directa?

Los soplapitos de la parapsicología siempre empiezan con una afirmación encabronadamente gorda: "Hay gente que puede mover objetos con la mente" y, cuando pueden, se apoyan en los trucos de escenario de "gurús" extractores de dinero como Rosa Kuleshkova, Nina Kulagina o Uri Geller, que trabajaron siempre sin control científico. Pero cuando estas afirmaciones maravillosas van al laboratorio, la falta de resultados los lleva a hacer estudios estadísticos enormes buscando que alguien mueva a distancia objetos de apenas unos microgramos (millonésimas de gramo) de peso ubicados en una balanza de precisión. Y, aún en esos casos, los resultados apenas se apartan de lo esperado por el azar. Es la historia de todas las "investigaciones en percepción extrasensorial" que desarrolló J.B. Rhine en la universidad de Duke (misma que encontró tan poco impresionantes y malhechotas las investigaciones de Rhine que ya no financia boberías de ese tipo, sino que se concentra en cosas valiosas como las neurociencias, la antropología cultural y la física de partículas).

Las investigaciones estadísticas nos dicen, para empezar, que no hay prodigio tal que haga las maravillas que primero afirmaron los soplapitos (esto vale igual para la astrología, la telepatía y otras supercherías que han intentado conseguir en la estadística un asidero a sus alucinaciones). Y, por lo que sabemos de estadística, sobre todo en muestras enormemente grandes, las variaciones de la media suelen deberse más a un pequeño sesgo sistémico en el diseño experimental que en a un efecto verdadero. La estadística tiene su valor, pero si no está apoyada en otras pruebas, resulta inútil.

11. ¿Las pruebas del "descubrimiento" no mejoran con el tiempo?

Ésta se relaciona estrechamente con la pregunta 10. Si el efecto observado es en realidad un pequeño sesgo del protocolo experimental, nada que haga el investigador podrá aumentar el efecto. Para la comprobación vale la pena estar atentos a los resultados de experimentos posteriores. Si resulta que el efecto observado se hace de hecho más pequeño conforme mejoran los métodos experimentales, lo más probable es que un experimento perfecto demuestre que no existe el efecto que se afirma.

En la ciencia, lo que le costó mucho trabajo a los pioneros se vuelve trivial para sus legatarios al mejorar las técnicas experimentales para obtener mediciones más precisas y útiles. En seudociencia, los conocimientos están inmóviles, con frecuencia durante siglos.

12. ¿Hacia dónde apunta la mayor parte de las pruebas, al nuevo alegato o a otra cosa?

Pregúntese si el originador de la "explicación" se está concentrando en un detalle muy pequeño e ignorando una base enorme de pruebas acumuladas que indican que la explicación es otra? Es decir, tenga presente el contexto del conocimiento actual al analizar las pruebas del alegato.

13. ¿Qué tipo de razonamiento se usó?

No, no vamos a decir que la charlatanería se distingue por no usar razonamientos. Lo que sí podemos decir es que sus razonamientos se hacen sin el rigor mínimo de la más elemental lógica.

A lo que se refieren aquí los compiladores de la lista es a un pensamiento que se llama en latín Post hoc, ergo propter hoc y que se traduce como "después de esto, por tanto a causa de esto". Esto implica una confusión sobre las causas de un acontecimiento. El que A ocurra después de B no significa que A sea "causado" por B.

Hay un error que ilustra este pensamiento. Muchas personas se deben someter a tratamientos médicos prolongados que pueden ser desesperantes. Estos tratamientos en ocasiones no ofrecen ninguna sensación de mejoría en las primeras etapas, lo que puede desesperar al paciente. Si el paciente va entonces con algún médico brujo o curandero (ahora les gusta que les llamen "sanadores") y poco después empieza a experimentar una mejoría, es común que lo atribuya al sanador (post hoc, ergo propter hoc) y no al tratamiento médico, aunque realmente el médico brujo no haya tenido ningún efecto.

Dicho de otro modo, la correlación no implica causación.

Las supersticiones son ejemplo, también, de este pensamiento. Si un día aprobamos un examen difícil y resulta que ese día no nos cambiamos de ropa interior, un pensamiento acientífico nos hará suponer que "no cambiarse de ropa interior" es el elemento que "causa" que aprobemos el examen, por lo cual podemos incurrir en la práctica supersticiosa de no cambiarnos de ropa interior cuando vayamos a tener examen.

Vale la pena tener también cautela con lo que los doctores Scalise y Cotton llaman "técnicas cuestionables" (y que nosotros llamamos engañifas insostenibles) como la regresión hipnótica, la evidencia anecdótica (véase la pregunta 3), las pruebas de mala calidad (como las fotos borrosas), las teorías de la conspiración (como los grandes encubrimientos gubernamentales) y los sencillos errores de percepción.

Paréntesis sobre los "sencillos errores de percepción".

Dando un taller de géneros periodísticos en la Universidad Autónoma del Estado de México hace una década (o más), adapté un experimento sicológico para demostrarle a mis alumnos por qué debían ser muy cuidadosos con sus fuentes y testigos. A media clase, llegó un muchacho desconocido preguntando por una tal "Leticia". Yo le dije que no había ninguna Leticia en la clase y, en ese momento, llegó otro muchacho insultando al primero, lo golpeó brutalmente, el primero cayó en mitad del salón mientras el segundo huía, y el primero se levantó y salió en su persecución. Todo esto pasó a mediodía, frente a tres decenas de periodistas, algunos ya con experiencia, que quedaron bastante impactados (la violencia nunca es agradable ni neutral, nos dispara la adrenalina invariablemente). En ese momento, les pedí que escribieran una nota corta periodística sobre lo que vieron.

El resultado fue el que predecía el experimento: pese a haber sido testigos presenciales y atentos de un hecho acontecido minutos antes, todos fallaron en la descripción exacta de los hechos, debido a la enorme carga emocional que les provocó la violencia. Le ponían a uno la ropa del otro, o les cambiaban el color de la ropa, o la descripción, le ponían y quitaban bigotes y barbas a uno y otro, agregaban u omitían palabras del breve diálogo, en fin, que con base en su descripción ningún policía habría encontrado a los dos alumnos de teatro que me ayudaron en la demostración.

Lo que yo buscaba era que los alumnos, en su trabajo periodístico, no se conformaran con que alguien dijera haber visto algo, que tuvieran presente que los testigos no son 100% confiables, sobre todo cuando están bajo tensión emocional. El experimento sirve también para el pensamiento crítico: no podemos ni debemos creer todo lo que nos dicen, así lo digan "capitanes de aviación" u otros personajes de cierta autoridad citados con frecuencia por los mercaderes de lo irreal. Todos podemos tener errores de percepción, y de hecho los tenemos con más frecuencia de lo que creemos.

Fin del paréntesis.

14. ¿La nueva afirmación ofrece una nueva explicación a algún fenómeno y, en tal caso, explica tantos fenómenos como la explicación anterior o más?

La teoría de la relatividad de Einstein, por ejemplo, explicaba más fenómenos de los que podía explicar la mecánica clásica newtoniana. Pero a velocidades muy inferiores a las de la luz, la relatividad se reduce a la mecánica clásica de Newton.

15. ¿Hay alguna indicación de que las creencias y prejuicios de la persona o grupo que hace la afirmación estén influyendo en las conclusiones?

Esta pregunta se puede decir también así: ¿Se han ignorado o hecho a un lado otras pruebas? Para tener una explicación de las cosas se deben tomar en cuenta todas las pruebas, no sólo las partes que nos convienen. El proceso científico está diseñado para conseguir esto, precisamente.

16. ¿Es posible probar la afirmación?

Las explicaciones que no hacen predicciones que se puedan probar son inútiles y no le añaden nada al conocimiento. Si se afirma, digamos, que las posiciones de algunas estrellas y planetas cuidadosamente seleccionados afectan de manera clara los acontecimientos de este planeta, tanto que hay gente dispuesta a cobrar por descifrar tales influencias, deben poder hacer predicciones que se puedan probar. Pero cuando se llega aquí, los astrólogos dicen vaguedades convenencieras como "las estrellas no determinan, sólo influyen" o cosas así, con lo cual hacen imposible que se pruebe si sus rollos son reales o, como parece, charlatanería con un grado de pureza química propio para aplicaciones industriales. Afirmaciones como "Dios lo hizo" tampoco se pueden probar.

17. ¿Se ofrece una cadena de pruebas (eslabones)?

Si la fuente presenta una cadena de eslabones probatorios de un alegato, todos los eslabones deben ser sólidos. Una cadena probatoria es inútil si falla incluso uno de sus eslabones. Si alguien alega que A causa a B, que B causa a C, que C causa a D y que D causa a E (cuya conclusión lógica es que A causa en última instancia a E), más vale que estén listos para demostrar todos los eslabones. Si, por ejemplo, se prueban todos los eslabones excepto que C causa a D, que no se puede probar, entonces no se puede decir que A dé como resultado E.

18. En casos extremos, como los alegatos sobre ovnis, ¿pueden descontarse con certeza la posibilidad de un fraude o bulo?

Por ejemplo, las pruebas que se dan sobre los "platillos voladores" son generalmente fotográficas o videográficas. La tecnología de imágenes actual es tan buena que no es posible detectar una fotografía fraudulenta examinándola (cuando se puede, porque los negativos tienden a perderse y se trabaja con copias que no se pueden analizar). Pero no olvidemos que películas como 2001, una odisea del espacio se hicieron cuando no había animación computarizada, y sin embargo los efectos son impresionantes. La afirmación de que una fotografía ha "pasado por todas las pruebas fotográficas" parte de una falacia: que los expertos en fotografía pueden realmente detectar todos los fraudes, cosa que no es, ni nunca ha sido cierta. Los análisis fotográficos pueden detectar algunas manipulaciones, pero no todas, ni mucho menos. El que un experto no detecte el fraude simplemente demuestra que el fraude está muy bien hecho. A menos que se pueda descontar totalmente el fraude, queda siempre la probabilidad de que las pruebas sean falsas.

19. ¿El invento que se alega violaría las leyes de la termodinámica?

Siempre hay que tener presentes las leyes de la termodinámica. El universo, quiéranlo o no los chupasangres, funciona de acuerdo a un conjunto de leyes físicas que entendemos muy razonablemente. Esas leyes rigen todo lo que pasa en nuestro universo, describiendo con precisión lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer. No hay inteligencia tal, por extraterrestre que fuera, que pueda violar dichas leyes.

La Primera ley de la termodinámica dice, simplemente, que "no se puede ganar". La energía se conserva, no se crea mágicamente. El latinajo correspondiente es Non gratuitum prandium, es decir, que no hay almuerzos gratis. No se puede obtener energía térmica de una sola fuente, se requiere un flujo de calor de lo caliente a lo frío.

La Segunda ley de la termodinámica dice "no se puede empatar". Todo proceso de conversión de la energía tiene pérdidas, es decir, la cantidad de energía que se extraiga de él será menor que la energía que se había invertido en él. La diferencia es calor perdido, y colabora con la creciente entropía del universo. Nadie nunca ha descubierto una forma de impedir esto. Por supuesto, si algún contactado u ovnílatra dice que "los extraterrestres sí pueden hacerlo", tiene que demostrar cómo, con una explicación clara y detallada, no sólo hacer la afirmación en el vacío.

Obtener "algo a cambio de nada", o bien obtener "mucho a cambio de poco" es una propuesta de la magia que no ocurre en la realidad. Enamorar a alguien es una fuerte inversión emocional, en tiempo y en dedicación, que no se puede sustituir con un "filtro de amor", por ejemplo.

20. ¿El alegato o el descubrimiento es verdaderamente espectacular?

En palabras sencillas, los científicos dicen que "las afirmaciones extraordinarias demandan pruebas extraordinarias". Ni más ni menos. Si una afirmación niega el conocimiento existente o abre avenidas totalmente nuevas, debe ofrecer pruebas sólidas. Si se alega que se ha descubierto vida en Marte o que alguien ha conseguido detener el proceso de envejecimiento, se requieren pruebas verdaderamente extraordinarias para demostrarlo. Una observación vaga, unas pocas anécdotas, un acierto al azar no bastan. Si bastaran, nos creeríamos cualquier pamplina simplemente al escucharla.

21. Cuidado con las defensas especiales.

Se debe tener especial cautela ante cualquier alegato o excusa de que el efecto que se alega no puede medirse por alguna razón. Por ejemplo, está el cuento de que "la presencia de un no creyente contamina el efecto" (en realidad, el efecto desaparece cuando el charlatanazo se entera de que hay un escéptico presente, yo en lo personal he estado en exhibiciones de variadas patrañas, lanzando cuantas malas vibraciones se me ocurrían, y de todos modos las maravillas seguían ocurriendo, hasta que el cirquero de turno se enteraba de que yo soy escéptico y que quería someterlo a una investigación seria, entonces y sólo entonces sacaban esta flaca excuda). Otro alegato igualmente farsantesco es que "medir el efecto lo destruye". En pocas palabras, si no se puede medir un "efecto", lo más probable es que no exista y que lo demás sean coartadas para seguir una labor desplumatoria.

22. Si el efecto se mide en una muestra, ¿cómo se obtuvo esa muestra?

La medición estadística demanda que se tenga una muestra verdaderamente aleatoria. La obtención de tal muestra es toda una especialidad, y es algo mucho más difícil de lo que muchos creen. Si el muestreo es incorrecto por alguna de muchas causas, habrá problemas que pueden sesgar gravemente los resultados.

Por ejemplo, si para una encuesta deseamos una muestra al azar, ¿qué habría que hacer? No vale tomar el directorio telefónico al azar, pues dejaríamos fuera de la muestra a quienes no tienen teléfono o no aparecen en el directorio. Ir al centro a elegir peatones al azar excluirá a todas las personas que no suelen ir al centro. Obtener una muestra verdaderamente aleatoria y, por tanto, representativa, no es fácil.

Y, claro, especialmente sospechoso resulta cuando la "muestra" está compuesta únicamente de cófrades, discípulos, creyentes, seguidores, fans, aficionados, colegas o compañeros de borrachera de los que hacen el alegato en primer lugar.

23. Cuidado con el pensamiento del tipo "no puede ser, así que no es".

En el incidente de las Hadas de Cottingley, en 1917, dos niñas que eran primas tomaron fotografías que supuestamente mostraban hadas jugueteando con ellas en el bosque. La gente considró que las dos niñas eran incapaces de realizar tamaño fraude, y por tanto concluyeron que no lo habían hecho, después de lo cual se presentaron las fotos como "fotos genuinas de hadas" (en el garlito cayo hasta Arthur Conan Doyle, que pese a haber creado a un personaje científico y escéptico, como persona se tragaba cualquier cuento). Finalmente, mucho después, se demostró que las niñas habían, efectivamente, recortado las "hadas" de algunas revistas y las habían fotografiado para una broma que se les salió de las manos cuando las vieron otras personas. Eso sin contar con que nadie tomó en cuenta que el padre y tío de las niñas era un avezado fotógrafo.

Este argumento debe recordarse cuando se alega, por ejemplo, que el distinguido vividor "Billy" Meier "no pudo" falsificar sus fotos de ovnis. ¿Cómo que no pudo? Claro que pudo.

24. Tenga en cuenta la ortografía y la gramática.

Al leer un sitio Web, un volante o cualquier otra cosa, tenga presente qué tan bien está escrito el material. Un sitio Web o material impreso lleno de faltas de ortografía y mala gramática es altamente sospechoso.

(La verdad, este último punto me sorprendió en especial, ya que suelo hacer burla de la patente incapacidad de los charlatanes para expresarse correctamente en su idioma. Sí, me parece increíble que "iluminados" que han "trascendido los groseros límites del espíritu humano" y que se fingen "mentes prodigiosas" cuando no "másters en mamología" no sepan siquiera comunicarse correctamente.)

Hasta aquí la lista de Cotton y Scalise. Yo añadiría (y añado) un punto 25:

25. ¿El alegato acude a alguna forma de la magia?

Ya hemos explicado, al desenmascarar las patrañas del tal Txumari Alfaro lo que es la magia representativa. Si el alegato afirma que el hecho de que una cosa se parezca a otra o la represente dé como resultado una relación funcional, es poco confiable.

Por ejemplo, el remedio chino de comer pene de ciervo para la impotencia, o cuerno de rinoceronte en África, o el ginseng coreano, se basan en la simbología fálica que implica que algo que parece un pene "ayuda al pene". La relación entre ambas cosas se basa en una creencia mágica que no puede demostrarse con hechos. Lo mismo pasa con la astrología y su taradez constantemente repetida de que "como es arriba es abajo", sin que nunca se hayan detenido a demostrar esta afirmación.

Un caso final es la homeopatía, que afirma que las enfermedades se curan con sustancias que provoquen los mismos síntomas. La idea de que una quemadura se debe tratar con algo que arda o que una fiebre gripal se cure contaminándonos con malaria (que también provoca fiebre) es patentemente boba.

Ahora sí, fin de la lista, por el momento.

Pero recuerde, si estas 25 preguntas y advertencias no le bastan, eche mano del sentido común. Al ejercitarlo se evitará el riesgo de acabar ensartado en las fauces de peligrosos creyentes fanáticos que pueden costarle dinero, salud, dignidad y hasta la vida, o de ser pasto y manutención de la mayoría de los charlatanes, los que saben a ciencia cierta que mienten y de ello hacen su miserable, desvergonzado y deshonesto modo de vida.