diciembre 24, 2011

La mala respuesta de los homeópatas

A raíz del estudio presentado por el grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad sobre la inutilidad de las pseudoterapias, y en particular de la homeopatía, como en otros casos (recordamos las audiencias del Parlamento Británico que hace dos años llegaron a la misma conclusión, o los actos mundiales para demostrar que carece de efectos y que no tiene principio activo alguno o incluso las denuncias de que utiliza ingredientes inexistentes), los profesionales de homeopatía han reaccionado. En este caso, la Asamblea Nacional de Homeopatía, organización que reúne a la Sociedad Española de Medicina Homeopática, la Academia Médico Homeopática de Barcelona y la Federación Española de Médicos Homeópatas ha hecho públicas dos cartas de respuesta, una para el Ministerio de Sanidad y otra para la prensa (con la salvedad de los diarios El País y La Vanguardia, por motivos que no explican).

Samuel Hahnemann, inventor
de la homeopatía
(Imagen D.P. vía Wikimedia Commons)
Para comentar estas cartas, recordemos que el único elemento esencial de todo este debate es si las prácticas homeopáticas, claramente definidas por Samuel Hahnemann a fines del siglo XVIII y principios del XIX y que no ha sufrido cambio relevante alguno desde entonces (piense en lo que todas las ciencias han avanzado en estos 200 años) funcionan.

¿Qué es funcionar? Por ejemplo, los antibióticos funcionan porque matan bacterias infecciosas y esto se puede demostrar en el laboratorio, en animales y en la práctica clínica; las vacunas funcionan porque aumentan la resistencia del organismo a algunas infecciones virales y esto se puede demostrar en el laboratorio y en la práctica clínica (y con éxitos tan arrolladores como la erradicación de la viruela y la casi erradicación de otras terribles enfermedades como la poliomielitis o la tos ferina en los países donde existen programas de vacunación);  los antihipertensivos funcionan porque reducen la tensión arterial prolongando la vida de muchísimos pacientes (y esto se demuestra no preguntándole al paciente si se siente mejor, sino midiendo su tensión arterial), y demás. "Funcionar" no significa que uno diga "a mí me funciona".

La homeopatía no tiene principios
activos como la adrenalina.
sustancia que salva vidas.
Algunas pruebas de funcionamiento son espectaculares. La insulina, por ejemplo, controla en minutos los niveles peligrosos de azúcar en sangre, cosa que se puede medir sin que el paciente responda a una encuesta. La adrenalina recupera al corazón de una parada y permite tratar el choque anafiláctico de alergias violentas que sin ella producen la muerte casi con certeza. En casos así, no es necesario un estudio elaborado con varios pacientes a ver si unos pocos más de ellos que los esperables por el efecto placebo  reaccionan al medicamento. La homeopatía, empero, no tiene ningún preparado que haya demostrado funcionar con esa contundencia. Y esto lo confirman continuamente los investigadores biomédicos.

Lo único que importa, una vez que sabemos qué es la homeopatía, es si funciona. Ni siquiera importa que de ser cierta sería mentira todo lo demás que sabemos de física, química y biología. Si funcionara, habría que reescribir todos los libros de ciencia, sí, pero eso les gusta muchísimo a los científicos, que de eso viven, de descubrir cosas nuevas y asombrosas, no de creer ciegamente en lo que se creía hace 200 años. Así, los motivos teóricos por los que el funcionamiento de la homeopatía es tan improbable como la existencia del Ratoncito Pérez tampoco son concluyentes, aunque resulten llamativos. Si la homeopatía funcionara, no importaría que fuera improbable. Pero no hay ningún estudio, en 200 años, que demuestre que funciona. Lo que hay es gente que dice que sí hay esos estudios, a ver si alguien les cree.

La carta de la Asamblea Nacional de Homeopatía a la prensa y nuestros modestos comentarios.
Estimados/as señores/as: 
Esta es una comunicación de la Asamblea Nacional de Homeopatía, órgano de representación de la mayor parte de los médicos, veterinarios y farmacéuticos homeópatas españoles, en referencia al artículo sobre la acción de la Homeopatía publicado en la prensa escrita, radio y televisión el pasado martes, día 20 de diciembre. Estas informaciones eran una interpretación del Informe del Ministerio de Sanidad a propósito de las terapias complementarias, entre ellas la Homeopatía. Se trata del: “Análisis de situación de las terapias naturales” elaborado por el Grupo de Trabajo de Terapias Naturales del Ministerio de Sanidad Política Social e Igualdad a instancia de la Proposición no de Ley de la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados aprobada el 11 de diciembre de 2009. 
Queremos destacar las conclusiones muy parciales y erróneas extraídas del informe emitido por el Ministerio de Sanidad a propósito de las terapias complementarias en general y sobre la Homeopatía en particular y a su vez, nuestro opinión de que la metodología utilizada y las conclusiones del estudio son erróneas. También queremos destacar la falta de participación de las principales instituciones homeopáticas españolas, y los grupos de investigación más destacados en Homeopatía en nuestro país.
Las conclusiones son llamadas, sin más, "muy parciales y erróneas", pero en ningún momento los autores de esta carta demuestran que son "parciales" (¿hacia qué?) y menos que sean "erróneas". La simple declaración no basta. Del mismo modo, no es serio afirmar que "la metodología utilizada y las conclusiones del estudio son erróneas" si no se señala cómo y por qué. La metodología científica no es nada caprichoso, está muy claramente definida, y eso permite precisamente la crítica de los estudios, mostrando sus fallos metodológicos, no sólo afirmándolos como asunto de fe. No se trata de un argumento, sino de un ataque donde los adjetivos ocupan el lugar de los razonamientos.
De la atenta lectura de dicho informe no se puede concluir que la acción de los medicamentos homeopáticos se deba al efecto placebo, tal y como refleja su medio de comunicación. Por ello, consideramos que ha sido un error por su parte el titular que han utilizado para dar a conocer la noticia, ya que el contenido del informe no lleva a esas conclusiones publicadas. Esta es nuestra opinión en relación al tratamiento que se le ha dado a la noticia, pero hay otro punto que queremos destacar: nuestra opinión respecto al informe propiamente dicho.
¿Por qué no se puede concluir eso, si estudio tras estudio no se llega a otra conclusión? Bien podrían argumentarlo y no simplemente afirmarlo propagandísticamente, y callar a los críticos mostrando los estudios que así lo señalen. A cambio hay trabajos como el odiadísimo (por los homeópatas) metaanálisis publicado en la revista médica The Lancet en 2005, al que han atacado virulentamente pero sin demostrar (y lo han intentado) que su metodología y conclusiones fueran erróneas (la conclusión sustenta la noción de que "los efectos clínicos de la homeopatía son efectos placebo"). El que los homeópatas "opinen" que esto no es cierto es irrelevante. Las opiniones no tienen ningún valor probatorio.
En la elaboración del informe del Ministerio de Sanidad solo se han tenido en cuenta una serie muy reducida de estudios, nueve en total, que han sido seleccionados mediante unos criterios subjetivos mal definidos (sesgo de selección), omitiendo los resultados de estudios clave y los estudios posteriores a Marzo de 2007, algunos de los cuales son del más alto valor metodológico y positivos para la homeopatía. Por lo tanto, en muchos de los estudios y meta-análisis no contemplados por el Instituto Carlos III (más de 200 artículos publicados en revistas de referencia) se demuestra repetidamente que la Homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior y distinguible del placebo. Tampoco se han tenido en cuenta las experiencias en sanidad pública a nivel internacional que avalan la seguridad, eficacia y relación coste-beneficio favorables a la homeopatía. 
Nunca habrá estudios suficientes para los creyentes en una pseudoterapia si no les dan la razón, por bien hechos que estén. Lo que les haría falta tener son estudios bien hechos que demuestren que su práctica funciona, y ésos no los aportan. No justifican por qué consideran "pocos" los estudios y por qué son "sesgados", cayendo en una falacia de autoridad: esperan que sus opiniones sean aceptadas porque son homeópatas y tienen una organización, aunque no den datos, hechos, evidencias y estudios. Acusan a los expertos médicos de no tener en cuenta esos estudios posteriores a marzo de 2007 a los que les atribuyen (también gratuitamente y sin sustentarlo) "el más alto valor metodológico", pero no los muestran. Menos aún dicen cuáles son las "revistas de referencia", si son journals científicos rigurosos o revistas especializadas de pseudomedicina con aspecto de publicaciones serias donde suelen publicarse estudios cuyos errores metodológicos y falta de fiabilidad y reproducibilidad hacen que no los acepten para su publicación en las revistas médicas de verdad. El último argumento, la relación "coste-beneficio" tampoco es probatoria y ni siquiera relevante científicamente, aunque pueda ser un argumento político: "no sirve para nada, no hay pruebas de que funcione, pero es baratísima".
El conocimiento de este dato es suficiente para darse cuenta que por nueve artículos no se puede evaluar todo un método con más de 200 años de historia con el que se ha tratado a millones de personas de todo tipo de condición sociocultural, y que sólo aquí en España es utilizado por más de 10.000 médicos, siendo además el grado de satisfacción en las personas que se tratan con Homeopatía superior al 80%, como recoge un estudio que se ha hecho público recientemente.
Aquí tenemos un ejemplo claro de la falacia de "apelación al pueblo" o "argumento ad populum". ¿Todas las disciplinas, creencias o prácticas que tienen más de 200 años tienen por ello una validez real? Por supuesto que no. La esclavitud o la sumisión de la mujer tienen más años y no por eso se pueden defender. Tampoco importa cuántas personas -ni de qué condición sociocultural- hayan sido tratadas con homeopatía ni cuántos médicos (o no médicos) las hayan tratado, sino las pruebas de que dicho tratamiento es eficaz. Y, por supuesto, el grado de satisfacción de los pacientes tampoco es una prueba de verdad. Sabemos que durante cientos de años del medievo, millones de personas fueron tratadas con salvajes sangrías por parte de muchísimos cirujanos, y muchos expresaban su satisfacción ante el procedimiento, nada de lo cual sería argumento para sacarle a nadie dos cuartillos de sangre para "equilibrarle los humores". Los millones de clientes del tarot (con sus 500 años de existencia y sus miles de videntes con y sin turbante) también suelen estar muy satisfechos, por cierto.
De la lectura atenta del informe se desprende que los medicamentos homeopáticos son seguros, que por su idiosincrasia precisan un modelo científico especial adaptado a sus características, y que estamos en los inicios de su evaluación con criterios científicos, pues ésta ha comenzado hace poco.
Tres ideas totalmente distintas envueltas en un mismo paquete para regalo.

a. Los preparados (que no medicamentos) homeopáticos son seguros. Por supuesto que lo son, porque no tienen ningún principio activo, como se ha demostrado hasta la saciedad. Al tratarse únicamente del "excipiente" (agua, lactosa, sacarosa, etc.) y no tener ninguna otra sustancia que pueda afectar a un organismo vivo ni positiva ni negativamente, por supuesto que es "seguro" (salvo para los intolerantes a la lactosa, claro). Eso no es un argumento válido para sustentar su eficacia. Hacer pases mágicos sobre una persona con cáncer también es totalmente seguro, pero es un pobre argumento para validar los pases mágicos como intervenciones terapéuticas para la oncología.

b. Se afirma que la homeopatía "por su idiosincrasia" (o sea, sus "rasgos, temperamento, carácter", según la RAE, atributos humanos y no de las disciplinas) precisa de un modelo científico especial. Es decir, todo el universo, lo macroscópico y lo microscópico, la herencia genética, el ADN y los neurotransmisores, los nutrientes y los ácidos, la electricidad, la gravedad y la fabricación de plásticos, los virus y las bacterias, los cometas y los aviones, pueden ser sometidos a estudio por una metodología científica común... pero la homeopatía exige ser liberada de las exigencias de la ciencia y tener un "modelo especial". Cosa cuando menos curiosa cuando párrafos atrás se reclama que la ciencia (la real, la que se usa para todo el resto del universo) sí validaría a la homeopatía. La contradicción es clamorosa.

c. Finalmente se dice que "estamos en los inicios de su evaluación con criterios científicos". De nuevo hay contradicción, ¿criterios científicos normales, comunes y útiles para todo lo demás o "un modelo científico especial"? Y por supuesto hay una declaración de irresponsabilidad aterradora: durante 200 años los homeópatas han intervenido en la salud de millones de personas sin nunca haber evaluado científicamente la eficacia y bondades de sus prácticas. Compárese esto con las profundas evaluaciones científicas que precedieron a la aplicación de la primera vacuna contra la rabia de Pasteur, o el proceso de descubrimiento, estudio y finalmente aplicación clínica de la penicilina. Aquí, los firmantes reconocen lo que se les reprocha: no tienen estudios científicos que validen que sus prácticas funcionan. Lo demás es escenografía y márketing. Y lo razonable sería que  primero demostraran su validez y después pidieran reconocimiento, no al revés.
Otro punto importante es que aunque el resultado de este informe fue remitido a algunos colegios profesionales y algunas comunidades, no fue enviado ni se recibió en las principales Asociaciones Homeopáticas Nacionales: ni en la Federación Española de Médicos Homeópatas, ni en la Sociedad Española de Medicina Homeopática, ni en la Academia Medico Homeopática de Barcelona. Estas asociaciones, agrupadas en el seno de la Asamblea Nacional de Homeopatía, cuentan con médicos, veterinarios y farmacéuticos homeópatas, disponen de equipos de investigación en homeopatía que conocen todo lo referente a los estudios del más alto estándar científico, y dirigen programas de investigación científica y formación universitaria de postgrado y Másters en Homeopatía, por lo que es sorprendente que no fueran consultadas.
¿Por qué es sorprendente esto? La ciencia y los estudios científicos (y lo comentábamos hace apenas unos días en este blog) son verificables de modo independiente. No es necesario que nadie consulte a un físico para comprobar que el agua hierve a 100 ºC a una presión de 760 mmHg en nuestro planeta, o que la penicilina mata bacterias en una caja de Petri. En este caso, están afirmando que ellos conocen "estudios del más alto estándar científico" (otra vez, ¿normal o especial?) que no conocen los redactores del estudio, pero que no aportan. Aseguran además que hacen investigación, pero tampoco aportan las publicaciones científicas en las que están tales publicaciones, y sería de esperarse que la carta diera referencias de la publicación de los estudios de los que tanto habla y tan poco referencia.
Dicho todo esto, nos ponemos a su disposición para asesorarles respecto a todo lo referente a la Homeopatía, y así poder transmitir a la población una información más fidedigna.
Se declara sin demostrarlo que la información que se dio a la población es poco fidedigna y se ofrece "asesoría". Por supuesto, sería mejor que se dieran los estudios que demuestran que la homeopatía funciona, y ésos no han aparecido nunca según informan los científicos dedicados al tema.

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Se podría argumentar que una carta para los medios es solamente propaganda y márketing, y que no debe tener rigor alguno, aunque afortunadamente los científicos en general tratan de ser bastante rigurosos en sus comunicaciones al público en general, pero la carta al Ministerio de Sanidad y otras instituciones tampoco es mejor.
(Carta a las Instituciones políticas, Ministerio de Sanidad, Consejerías de Sanidad, Colegios de médicos, Socios de todas las Asociaciones… )


Respuesta al dictamen sobre Homeopatía emitido por el Ministerio de Sanidad y el Instituto Carlos III, el día 19 de diciembre de 2011 
La Asamblea Nacional de Homeopatía, en tanto que entidad reconocida por la Organización Medico Colegial (OMC), el Ministerio de Sanidad y los grupos parlamentarios, como interlocutora oficial de la homeopatía en España, y a su vez, como entidad que agrupa a la gran mayoría de los médicos colegiados, asociaciones, academias, farmacéuticos homeópatas, veterinarios homeópatas, y a grupos universitarios y de investigación, queremos manifestar nuestra total disconformidad con el dictamen sobre la Homeopatía emitido por el Ministerio de Sanidad-Instituto Carlos III del día 19 de diciembre de 2011, por los siguientes motivos:
1               En primer lugar, y como punto fundamental, hay que destacar que el estudio en cuestión y el posterior dictamen han sido elaborados por una comisión de la que no han formado parte ni los Colegios de Médicos, ni de Farmacéuticos, ni los verdaderos expertos en el tema, que son los profesionales nombrados en el párrafo anterior.
Aunque así se enuncie, este punto no es "fundamental" en modo alguno. Los colegios de médicos y de farmacéuticos y sus integrantes no son "los verdaderos expertos" en el funcionamiento y eficacia de los medicamentos, labor que es más bien responsabilidad de quienes trabajan en las áreas de bioquímica, biología molecular, farmacodinámica y biomedicina y dan a los médicos las herramientas que aplican aplicar profesionalmente. Pero los médicos no suelen ser investigadores ni expertos en cada uno de los muchos campos científicos de los que reciben la información que emplean. Reducir la medicina actual, altamente interdisciplinaria, a un asunto de autoridad (como la de los médicos precientíficos) es faltar a la verdad. Si el método es correcto no importa quién hace el procedimiento, deberá obtener los mismos resultados.
2               La comisión de estudio del Instituto de Salud Carlos III tampoco contó con la asesoría directa de especialistas en investigación en homeopatía, sociedades científicas y departametnos universitarios. Aunque el documento inicial se remitió a algunos colegios profesionales y a algunas comunidades autónomas, no fue enviado ni se recibió en las principales Asociaciones homeopáticas Nacionales: ni en la Federación Española de Médicos Homeópatas, ni en la Sociedad Española de Medicina Homeopática, ni en la Academia Medico Homeopatica de Barcelona, todas ellas agrupadas en la Asamblea Nacional de Homeopatía, las cuales disponen de equipos de investigación en homeopatía, con los conocimientos de los estudios del más alto estándar científico, y a su vez dirigen los programas de investigación científica y formación universitaria de postgrado en Másters Universitarios de Homeopatía en varias universidades españolas.
Misma falacia que en el punto 1. Si funciona, funciona aunque no haya homeópatas asesorando nada. Además, afirman que hay especialistas en investigación en homeopatía, sin nombrarlos y sin señalar los estudios que han publicado ni dónde. Como en la carta anterior se habla de "estudios del más alto estándar científico" sin señalar cuáles son y remitiéndolo todo a la falacia de autoridad una vez más.
3               En la elaboración del citado informe solo se han tenido en cuenta una serie muy reducida de estudios, nueve en total, que han sido seleccionados mediante unos criterios subjetivos mal definidos (sesgo de selección), omitiendo los resultados de estudios clave y los estudios posteriores a Marzo de 2007, algunos de los cuales son del más alto valor metodológico y positivos para la Homeopatía. En muchos de los estudios y meta-análisis no contemplados por el Instituto Carlos III (más de 200 artículos publicados en revistas de referencia) se demuestra repetidamente que la Homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior al placebo.
 Véase el tercer comentario (marcado con tres asteriscos ***) a la carta anterior, dado que el párrafo es idéntico.
4              No se tuvieron en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni las aportaciones que en el campo de la salud pública han llevado a cabo diversos Ministerios de Sanidad a nivel internacional (en Reino Unido, Alemania, Francia, Suiza, Brasil, India, Cuba, Austria, Sudáfrica, Ecuador, Costa Rica, Italia y México, entre otros) que avalan la seguridad, eficacia y relación costo-beneficio favorable para la homeopatía. Su efectividad y ausencia de efectos secundarios han sido confirmadas repetidamente en grupos de enfermos, experimentadores sanos, animales de compañía y de granja y en cultivos celulares animales y vegetales.
Sería útil que señalaran cuáles son las recomendaciones de la OMS a las que hacen referencia. Fuera de reconocer la existencia de prácticas pseudomédicas diversas (no su eficacia), la OMS con frecuencia hace advertencias contra el uso de terapias no demostradas como la homeopatía en el tratamiento de enfermedades mortales. Pero, nuevamente, el que muchos países políticamente acepten la homeopatía u otras prácticas, por motivos económicos, tradicionales, de complacencia ante las creencias de los electores o por otro motivo no es una validación de la eficacia. La única validación serían pruebas claras que demostraran que funciona.
5. Tampoco se han considerado en el citado estudio, el espíritu de leyes y dictámenes oficiales de mayor rango que ya existen en España y que conceden reconocimiento a la homeopatía:

a. Real Decreto de Centros y Servicios Sanitarios 1277/2003.

b. Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS).
c. Ley del Medicamento del 2006.

d. Decreto de fabricación de medicamentos homeopáticos en 2007.
e. Así como las sentencias favorables por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (2007 y 2009) y Tribunal Supremo (2011).
f. Tampoco se ha tenido en cuenta la aprobación por la Organización Médica Colegial de España (OMC) de la Homeopatía como Acto Médico y de la propia Comisión de Deontología y Visado de la OMC que reconoció en 2007 que existen estudios científicos que avalan a la homeopatía.
g. En el mismo sentido tampoco se ha recogido en el informe la aprobación por unanimidad de los grupos parlamentarios de una proposición no de ley (PNL) donde se solicitaba (2009) al Gobierno el desarrollo de la Homeopatía como Acto Médico y donde el medicamento homeopático se consideraba oficialmente como un medicamento y no como un placebo.
El argumento adolece de los mismos problemas del párrafo anterior. Que los políticos decreten, legislen y acuerden en grupos parlamentarios es un asunto político que no demuestra nada. Podrían decretar que la genética es falsa (lo hizo Stalin) o que las pirámides curan enfermedades (lo ha hecho el gobierno cubano), y ello sigue sin demostrar nada.
6. La conclusión a la que llega el estudio de que "la eficacia de estas técnicas, medida en ensayos clínicos, no ha sido demostrada en casi ningún caso", es falsa y no se ajusta a la realidad, ya que múltiples estudios clínicos y meta-análisis han demostrado repetidamente que la Homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior y distinguible del placebo. Esta demostración se basa en numerosos trabajos que no han sido contemplados por el Instituto Carlos III.
Véase el tercer comentario (marcado con tres asteriscos ***) de la carta anterior. Si hay demostraciones en "múltiples estudios" y "numerosos trabajos", lo que se debería valorar son esos estudios, y nada más. Pero los firmantes de la carta no referencian tales estudios y trabajos cuando sería lo razonable en una comunicación que pretende desautorizar un estudio.
Conclusión: Por todo lo expuesto, pediremos al nuevo Gobierno y a la nueva Ministra de Sanidad que se realice de forma rigurosa un nuevo informe en el que trabajen conjuntamente una comisión ministerial y una comisión de expertos en la materia, entre los que figuren representantes de las diferentes Sociedades Médicas de Homeopatía y de otras Terapias Médicas No Convencionales así como representantes de la Asociación de Farmacéuticos homeópatas, de Veterinarios homeópatas y de los Colegios profesionales de médicos y farmacéuticos.
Se debería hacer un nuevo informe, ciertamente, pero sólo si los interesados aportaran los estudios que lo justificaran. Si no, es tirar el dinero, perder el tiempo y alentar la superstición. El problema una y otra vez ha sido que los proponentes de la homeopatía no han podido realizar un solo estudio serio y adecuado en su metodología experimental y de análisis estadístico en el que un preparado homeopático funcione. Simplemente que funcione. No basta afirmar que hay tales estudios y trabajos, hay que mostrarlos. Y basta dar la referencia, no es necesario hacer reuniones políticas, emitir documentos de propaganda ni hacer acusaciones varias. Los científicos se conforman con el título, volumen, fecha y página de la revista donde se publicó el estudio, la crítica, la replicación, etc.

De otro modo, un nuevo informe sólo servirá a intereses corporativos, económicos y políticos, y no a los genuinos intereses de los pacientes y a su derecho a recibir tratamientos de efectividad comprobada certeramente por los mejores datos científicos de los que disponemos en el momento, y sujetos a los más estrictos reglamentos, controles y supervisión, algo que, por cierto, no tiene ninguno de los preparados homeopáticos.