enero 28, 2014

10 años

Las cinco cabeceras que ha tenido el blog.
Ésta es la entrada 548 de este blog.

La primera se publicó el 28 de enero de 2004 y en ella expresaba mi preocupación de que estuviéramos en el siglo no de la ciencia, de la tecnología, del progreso, del conocimiento, del descubrimiento, de la capacidad de entender el universo, sino en el siglo de los charlatanes, decididos a devolvernos al medievo.

Es fácil celebrar (si son celebrables, no lo sé) estos diez años haciendo un resumen de algunos momentos surrealistas que nos ha dado este blog, como las amenazas de muerte, de demandas quiroprácticas por hasta 20 millones de euros, de veganos que "nos van a estar vigilando", el acoso de obsesionados con menos neuronas que una esponja, el odio babeante de chifladitos varios o la censura promovida por el banco de una secta esotérica... pero también la oportunidad de conocer a gente de gran valía, periodistas, científicos, ciudadanos que se apropian del pensamiento racional entendiendo que no es la provincia exclusiva de los científicos, el que de cuando en cuando alguien nos escriba para apoyar al blog, la oportunidad de entrevistar a distancia a un Premio Nobel victimizado por el mal periodismo, o la ocasional invitación a hablar ante grupos que igual pueden ser de chavales de la ESO, de estudiantes universitarios, de periodistas, profesores, divulgadores o incluso un teatro con un montón de físicos de primer nivel y dos o tres Premios Nobel salpimentados por ahí para provocarnos pánico escénico.

 

Pero más allá de esas experiencias, y pese a que el pensamiento crítico ha adquirido una difusión mucho mayor que la que tenía hace diez años (no reclamo crédito por ello, correlación no es causación y eso), los charlatanes en todas sus formas siguen apropiándose del siglo.

No son sólo timadores sonrientes como Uri Geller, o caraduras delirantes como Madam Blavatsky, chifladitos que ven cosas en el cielo y creen que demuestran la existencia de vastos imperios galácticos capaces de venir a la Tierra a exhibirse ante el tonto del pueblo, o payasos trágicos y desalmados como Anne Germain que utilizan métodos más viejos que caminar descalzo para depredar las emociones de sus víctimas.

Son también grupos integristas que matan, torturan, humillan y arrancan derechos a sus víctimas, sin distinción de religiones (ejemplifico con el desprecio a la mujer de grupos tan distintos como el Islam radical, los ortodoxos judíos, los cristianos fundamentalistas en Estados Unidos o los opusdeístas católicos en el poder en España).

Son los valedores del New Age, empeñados en combatir el pensamiento crítico, racional, libre y cuestionador: posmodernistas, pseudoecologistas, conspiranoicos varios, misántropos disfrazados de animalistas, pseudoterapeutas de mil formas depredando a personas enfermas, negacionistas del cambio climático, salvajes neoliberales del aynrandismo sociopático... todos además fingiéndose rebeldes para atraer seguidores y lograr la prohibición de cuanto usted se imagine: desde el ejercicio de la sexualidad hasta la anticoncepción, desde la telefonía móvil y el wifi hasta el consumo de leche, desde las vacunas hasta el plástico, desde el petróleo hasta la agricultura tecnológica, desde la física nuclear hasta la biotecnología, desde los aviones hasta los caballos de tiro... y todos los libros, canciones, pinturas, obras de teatro y películas que representen actitudes que consideran reprobables... hasta prohibir toda forma de libre expresión so pretexto del "respeto" a religiones, creencias, ideologías o supersticiones.

Lo que representaría volver a la época anterior a la ilustración y anterior a la revolución científica. Una nueva Edad Media que se puede hacer realidad si no se le combate.

Porque estos charlatanes no sólo quieren demostrar la existencia de alguna maravilla, como las visitas extraterrestres o la telepatía, sino que buscan el poder político y económico para imponer sus ideas sin que les preocupe mentir para conseguirlo, y usando el miedo como su principal arma propagandística: todos son malvados, todos están contra ti, todo causa cáncer, todo causa daño, todos vamos a morir... si no me sigues.

Gracias a ellos, "todo mundo sabe" alguna gran mentira difundida sin ningún remilgo. "Todo mundo sabe" que una buena disposición de ánimo ayuda a vencer el cáncer (no hay pruebas de ello), todo mundo sabe que los científicos son psicópatas malvados que sólo se mueven por el dinero (aunque la ciencia es de las profesiones peor pagadas, y sin pasión por conocer no se hace, salvo por excepciones que acaban del lado de los charlatanes)... "Todo mundo sabe" que los transgénicos causan daños a la salud (no, el más amplio metaanálisis realizado, revisando 1783 estudios encontró que todas las evidencias indican que los cultivos transgénicos no tienen más riesgos que los no transgénicos)... "Todo mundo sabe" que Jamie Oliver le ganó una demanda a McDonald's (no es verdad, los demandados han sido el fogonero y quienes le siguieron)... y así.

Desde 2007, cuando empezó a contarse, este blog ha tenido
más de dos millones de visitas. No será mucho en el mundo
de los virales de Internet, pero es más de lo que nadie se
imaginó que pudiera tener cuando empezó en 2004
Ante este panorama, quizás hay más motivos hoy para este blog que cuando lo inicié, un tanto a la ligera y sin ninguna pretensión, hace una década.

En las próximas semanas habrá cambios en el blog. Se iban a hacer hoy pero, como tantas cosas importantes, se han visto pospuestos por las urgentes: trabajo, una exposición de fotografía en preparación, un libro que no acabo para inquietud de mi pacientísimo editor... en fin.

Entre otros, esos cambios buscan garantizar que este blog no vuelva a ser objeto de la censura de ningún grupo religioso, místico o esotérico y acaudalado. Eso sí, la censura demuestra que El retorno de los charlatanes (el eterno retorno, diría) ha sido muy incómodo para muchos negocios, para muchos listos y para muchos chifladitos.

A diez años de su inicio, pretendo que siga siendo incómodo, que lo sea cada vez más y para más desvergonzados, durante tanto tiempo como sea posible.